Lo de pagar cuotas de treinta y siete euros al año para mantener la estructura de poder de la banda es un acto naïf. Lo que de verdad cuenta es lo que se entrega en sobres y maletas, eso es lo que da categoría para subir en el escalafón y, sobre todo, cuenta la obediencia ciega a las consignas de los que mandan.

En TVE, Julio Somoano, el encargado de radicalizar el mensaje reaccionario y de crear la guardia personal mediática del gobierno, la banda y el jefe de la misma, ha removido todos los cargos de los informativos del ente público estatal para que vuelvan los que tuvieron mucho poder en la época de Urdaci.

No estamos hablando de una cuestión menor, ni de una aproximación, ni se trata de una opinión fundamentada, sino es simple y llanamente la constatación de unos hechos.

Los editores de los telediarios de TVE están en mano de los radicales más ultras y fanáticos. La manipulación está asegurada.

Lo que sucede es que no parecen entender mucho del asunto. Serán más radicales, pero también en la pérdida de audiencias.

Se obnubilan con sus mentiras, y han cambiado de sitio a los bustos parlantes para conseguir mejores audiencias y no se dan cuenta que el problema consiste en el hartazgo de la ciudadanía, en que sus telediarios son poco fiables, tendenciosos, de partido, manipuladores y aburridos. Como ellos mismos.

Así que seguirán suicidándose en las audiencias porque se creen que su mentira es la verdad absoluta y están convencidos de que los votos que tuvieron, existen todavía. Y no, las audiencias prefieren los informativos comerciales porque al menos son más ligeros, menos doctrinarios, deben buscar audiencias generalistas, no confesionales como ahora en TVE.