NARRATIVA
A dos voces
Iñaki URDANIBIA
No cabe otra que saludar la iniciativa de la Editorial Icaria al crear otra nueva colección en la que se presentan conversaciones entre distintos militantes de la izquierda, de la de verdad, no de la de boquilla, y carterilla.
En estos duros tiempos que nos toca padecer en los que parece que no se ve, de ninguna de las maneras, luz al final del túnel que han construido los destructores de esperanzas y de las mínimas condiciones de vida que todo dios debería tener por el mero hecho de ser ciudadano o de haber nacido, estos libros son modestas brújulas.
Nadie debe esperar en los libros soluciones a los acuciantes problemas que asoman por todas las esquinas del tejido social: recortes, desahucios, pagas hurtadas a los funcionarios, los jubilados temblando ante la que se les avecina... En fin, los viernes a temblar con mayor fuerza, ya que se celebra el consejo de ministros. Estas conversaciones son llamadas a unirse al descontento, a la indignación, a la lucha, ya que esta es la única que realmente paga.
Dos son los volúmenes que tengo entre manos, y otros dos están al caer: uno que hace conversar a Arcadi Oliveres y Celestino Sánchez y el otro que pone en diálogo a Teresa Forcades y Esther Vivas. Basta con decir los nombres de los intervinientes para cerciorarse que estamos ante pesos pesados del ámbito de la rebeldía.
En una de las dos que ya están a la venta, nos ofrecen animadas conversaciones entre Diego Cañamero, del Sindicato Andaluz de Trabajadores, y el diputado por Amaiur, Sabino Cuadra. Entre ambos nos pintan con pelos y señales el desbarajuste (por no llamarlo lisa y llanamente latrocinio) al que nos someten los dueños del cotarro (banqueros, capitalistas... con los servicios de los profesionales de la política y con los altavoces de los domesticados periodistas, todos inclinando la cerviz ante las finanzas europeas y rindiendo pleitesía a la santa madre Iglesia y a la reluciente Corona). Desde el truco de la llamada Transición hasta la actual crisis que ha de ser pagada por sus víctimas, las muestras de que las clases existen y que algunas de ellas siempre están arriba como la espuma, tanto mientras vivía el dictador como cuando muerto éste fue sucedido por el Bobón (que diga, el Borbón). El grito que lanzan es el de la necesidad de enfrentarse al nefasto estado de cosas, en lo que hace al insultante reparto de riqueza, a los privilegios para los más poderosos, al centralismo impuesto sobre los distintos territorios incluidos en esa cosa llamada España, proponiendo que dichos gritos tomen la forma de la desobediencia y la lucha por una democracia auténtica, erigida de abajo a arriba, que sea controlada directamente por los ciudadanos de los pueblos peninsulares y que defienda la ecología, el derecho a decidir y el respeto a las minorías y a la mayoría social que, de hecho, está siendo esquilmada un día sí y otro también.
La otra conversación es la que mantienen Julio Anguita -quien no necesita presentación- y Juan Carlos Monedero, profesor, militante y asesor de distintos líderes políticos, entre ellos, del venezolano Chávez. La Transición queda desenmascarada, sus artífices también, sin evitar nombres propios de las filas de la propia izquierda, críticas incluidas al PCE e IU. El peso de la historia oficial, la de la España negra, es denunciada, señalando que es urgente la necesidad de hacer oír las versiones de los perdedores, cuyas voces quedan sofocadas por los relatos de la Iglesia, de los dueños del capital y por los siervos de distinto pelaje.
Son tiempos de poner freno al despilfarro, de repartir la riqueza, de acelerar la organización popular y de escuchar la voz de la calle y no la de los beneficiosos escaños, que en su mayoría no hacen sino conformarse con las imposiciones, los posibilismos más rancios y adocenarse en la comodidad del modo de vida alcanzado... y a vivir que son dos días.
Imposible dar cuenta de la totalidad de los temas tratados y del innegable interés de todos ellos. Libros para leer, para discutir... para despertar.