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MANifESTACIÓN EN BAIONA

Apoyo a los exiliados amenazados y petición de implicarse en la paz

La manifestación de Baiona reunió a cientos de personas en defensa de los exiliados, contra la represión y en pro de dar pasos hacia la paz.

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Arantxa MANTEROLA | BAIONA

El encomiable esfuerzo de los cientos de personas que respondieron ayer, en Baiona, a la convocatoria realizada por Bake Bidea fue reconocido por los propios organizadores que, al final de las intervenciones, agradecieron que «en estas condiciones hayan acudido». Y es que recorrer las calles de la capital labortana con 36º fue, ciertamente, meritorio.

Al calor ambiental se unió el calor que aportaron con su presencia los exiliados Jokin Aranalde y Aitor Zubillaga que se encuentran a la espera de la resolución del Tribunal de Pau sobre las peticiones de euroorden expedidas por la Audiencia Nacional española pocos días después del acto de Biarritz. Los dos, junto con Beñat Atorrasagasti, también detenido pero cuya euroorden ha sido rechazada, encabezaron la marcha portando la pancarta que rezaba «Errepresiorik ez!, Bakea orain!».

Una decena de miembros de Bake Bidea les acompañaban. Entre ellos, los portavoces del movimiento Anaiz Funosas y Christophe Desprez (Liga de Derechos Humanos de Ipar Euskal Herria), Peio Etxeberri-Aintxart (EHBai), Yvette Débarbieux (concejala comunista de Donibane Lohizune), electas de Europe Ecologie-Berdeak y sindicalistas de LAB y CFDT.

Tras ellos, caras conocidas de la cultura, representantes de Sortu (Anita Lopepe, Xabi Larralde, Jean-François Lefort, Maite Ubiria, Tasio Erkizia), de Aralar (Rebeca Ubera y Ernesto Merino), de EA (Philippe Duluc), de Europe Ecologie (Alice Leiziagezahar), de NAP (Claude Larrieu), sindicalistas (LAB, Solidaires, CFDT), el teniente-alcalde centrista de Baiona Jean-René Etchegaray, el exeuroparlamentario abertzale Koldo Gorostiaga y numerosos militantes abertzales, de izquierda y de organismos sociales como Herria, Etxerat y Anai Artea.

Numerosos exiliados

Entre los manifestantes destacaba la presencia de numerosos exiliados, la mayoría de los cuales participaron también en el acto del 15 de junio donde dieron a conocer sus diferentes situaciones y, en particular, la aportación que, como colectivo político, proponen para la resolución del conflicto.

La marcha partió de la Plaza de los Vascos pasadas las 16.30. Nada más abordar la avenida Paulmy, pasó por las cercanías de las calles de la Comisaría y de la Subprefectura, que se encontraban fuertemente custodiadas por sendas barreras policiales.

La manifestación prosiguió su trayecto a paso muy lento y buscando la sombra a causa de la fuerte temperatura que, de hecho, hizo mella en las propias calles baionarras que no estaban muy concurridas. No obstante, los turistas se paraban y fotografiaban la marcha.

Al bordear el Errobi varias bengalas humeantes de color naranja fueron lanzadas al río desde la manifestación lo que puso una nota de color y despertó la curiosidad de la gente que se encontraba en las terrazas, sorprendidas por el eco de los sloganes «Ez, ez, ez errepresiorik ez!» y «Iheslariak, etxera!» que precedían a la marcha.

Tras cruzar el puente, la manifestación llegó a la explanada Chao Pelletier donde fue recibida por los sones de la canción «Oi ama Euskal Herri goxoa». Allí tomaron la palabra Funosas en euskara y Desprez en francés.

Los dos portavoces de Bake Bidea comenzaron por lamentar la «respuesta represiva» que ha tenido «el compromiso que, como actor de la resolución del conflicto, dejó patente el Colectivo de Exiliados» en Biarritz.

Incidieron en que «para tomar en consideración el conjunto de problemáticas y aportar una solución global, desde el origen político del conflicto hasta las consecuencias, el proceso de paz debe basarse en el respeto de los derechos humanos».

Rechazar las euroórdenes

Denunciaron la «actitud de bloqueo peligrosa» de ambos estados e instaron expresamente al Estado francés a «no alinearse a la posición que mantiene España». En ese sentido, exigieron que se «ponga fin a las medidas de excepción» y demandaron directamente a la Corte de Apelación de Pau que «no acepte las peticiones de euroorden» de Madrid.

Funosas y Desprez se reafirmaron en que «la hoja de ruta de Aiete permite el cambio político» y recordaron que «la sociedad civil está dispuesta para el diálogo y es consciente de la importancia del proceso de paz, como se ha comprobado en las reflexiones desarrolladas en el Foro por la Paz celebrado en Baiona o, más recientemente, en los Foros sociales de Iruñea y Bilbo».

«Hoy más que nunca, esta sociedad activa, responsable y movilizada es la llave para que el proceso de paz prospere» enfatizaron los portavoces de Bake Bidea antes de hacer un llamamiento a «reaccionar y movilizarse para que no se apliquen las euroórdenes en este contexto, para que se ponga fin a la represión y para que se aborde el proceso de paz ya».

Anunciaron que seguirán organizando iniciativas que impulsen dicho proceso e insistieron en la importancia de participar en ellas. También apelaron a la ciudadanía a seguir movilizada para evitar que el Tribunal de Pau acepte las euroórdenes contra Aranalde y Zubillaga, que volverán a ser examinadas el 10 de setiembre.

MOVILIZADOS

Bake Bidea apeló a la ciudadanía a «seguir movilizados» para evitar que el Tribunal de Pau acepte estas euroórdenes que reexaminará el 10 de setiembre, toda vez que ha solicitado a Madrid información más concreta sobre las imputaciones contra Jokin Aranalde y Aitor Zubillaga.

«A pesar de la conducta represiva de los estados, Euskal Herria hará su camino»

«Las euroórdenes en nuestra contra son un mecanismo más para atacar el proceso de paz. Pero a pesar del talante represivo de los estados, Euskal Herria hará su camino» declaró Jokin Aranalde antes de comenzar la marcha.

Reiteró que «es evidente» que las peticiones de euroorden «se han realizado por motivos políticos». «Llevo más de diez años viviendo en Ipar Euskal Herria. He trabajado aquí y ahora estoy jubilado. Vivo en un domicilio conocido, declaro los impuestos y pago las facturas de electricidad, gas o teléfono como cualquier ciudadano más de aquí. ¿Cómo es posible que, de repente, les haya dado ahora por detenerme cuando han tenido todas las ocasiones de hacerlo durante estos diez años? Y, además, del modo en que lo han hecho, como si fueran a tomar un castillo» inquirió.

El exiliado de Ibarra manifestó su estupefacción por el seguidismo del Estado francés de la política que mantiene el español. «España está inmersa en una enorme crisis política, ética y económica en que la corrupción reina. Todo el mundo lo reconoce. Pero estaba convencido de que Francia tenía otro nivel. No entiendo cómo puede ir de la mano de un estado que está tan podrido y que le lleva al abismo con él» añadió. A.M.

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