De todo el sainete que tienen montado en las estribaciones de Somosierra a cuenta del «caso Bárcenas» y sus derivadas, lo que más me pasma es la certeza de que, pase lo que pase, no va a pasar nada.

El PP lleva financiándose de manera irregular desde que le hicieron un lifting a Alianza Popular, y eso lo dice quien era su tesorero hasta ayer, que lo acredita con papeles, apuntes contables y todo lo que sea menester. Ergo, en el partido gobernante todo aquel que ha sido en el escalafón algo más que cabo furriel ha trincado sobres llenos de billetes, incluido el presidente. Asimismo, no hay empresario de la construcción que no conozca los lavabos del edificio de la calle Génova, y la nómima de desprendidos donantes es más larga que la lista de exjugadores del Athletic que han sido repescados para el primer equipo -yo no pierdo la esperanza de jugar en San Mamés Barria-.

La pillada es tan clara que aunque solo fuera por aparentar alguien debería dimitir o ser dimitido. Y, sin embargo, no pasa nada de nada. Rien de rien.

Pero es que tirando del hilo barcenesco alguien descubre que el presidente del Tribunal Constitucional es afiliado al PP, y el susodicho replica que sí, que vale, pero que solo como militante de base. Hombre, ya, a Javier Arenas no le van a poner... Pero nada, el tal Pérez Cobos se aferra al cargo como una lapa.

Con todo, no es algo que ocurra solo en la casa tradicional de la derecha española. En la otra derecha, la recién llegada, tienen un potocho de agárrate y no te menees con el tema de los ERE andaluces. Pero da igual, dicen que la juez les tiene manía y no se mueve ni el tato. Y como alguno vaya al trullo, montarán una excursión a la cárcel para aliviarle las penas, que en el PSOE son aficionados a eso.

Aunque si alguno piensa que esas cosas solo ocurren fuera, le recomiendo que le eche un vistazo a la prensa de las últimas semanas y se ponga a llorar.

Yolanda Barcina anda más contenta que unas castañuelas porque el fiscal del Tribunal Supremo le ha hecho un apaño, y todavía acabará exigiendo que le pidan perdón por haber mancillado su nombre. Al tiempo.

Y en la parte occidental del país hay quienes se han gastado una millonada (de dinero público) en cemento, swaps, créditos,, angulas y puros, y todavía van por ahí alardeando de pnvstyle. Porque lo que de verdad importa, ya se sabe, son las basuras.

No pasa nada, pero como pase qué a gusto nos vamos a quedar.