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natación | Mundial Barcelona 2013

La gloria se le queda un poco a lo lejos a Ophelie Aspord

La de Baiona fue decimoctava en la prueba de cinco kilómetros, con triunfo de la estadounidense Haley Anderson. Ossama Mellouli destronó a Thomas Lurz.

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Arnaitz GORRITI

La labortana Ohelie Aspord vio de lejos la gloria en la primera final de los Mundiales de natación de Barcelona. La nadadora de Baiona, diploma olímpico en Londres 2012, acabó en la decimoctava posición en la prueba de cinco kilómetros, a más de medio minuto de la estadounidense Haley Danita Anderson, plata en 10 kilómetros en Londres 2012, que se llevó el primer metal dorado de este evento tras un cerrado sprint con la brasileña Poliana Okimoto.

Aspord deberá aguardar a la final de los diez kilómetros, prueba que se disputará el próximo martes y en la que intentará hacer valer una regularidad que ayer no le valió, ya que la cabeza de la prueba se le escapó, con una Haley Anderson que mandaba desde el inicio, reventando a la también estadounidense Rebeca Mann y a la italiana Martina Grimaldi.

Pero a Anderson también se le hizo larga la final, sobre todo cuando le llegó por detrás el acoso de la brasileña Poliana Okimoto, algo que provocó que entre las dos primeras no hubiese sino dos décimas de diferencia -56.54.2 contra 56-54.4-, con la también brasileña Ana Marcela Cunha cerrando el podio, a diez segundos.

Cunha lideraba un grupo de nueve nadadoras que entraron en la meta en tres segundos, un grupo en el que Aspord no estaba, ya que la de Baiona precisó 18 segundos más.

En la prueba masculina, el tunecino Ossama Mellouli se llevó el oro, «derrocando» al alemán Thomas Lurz, campeón mundial en las siete últimas ediciones, pero que ayer se tuvo que conformar con el bronce, por detrás de Mellouli y el canadiense Eric Hedlin. Mellouli, medalla de oro en Londres 2012 en 1.500 metros y los 10 kilómetros, derrotó a sus acompañantes del podio en un apretado sprint, ya que los tres entraron en la meta en menos de dos segundos.

Dominio del Este

La jornada inaugural dejó además la final femenina de saltos sincronizados desde tres metros y la individual de natación sincronizada. China por un lado y Rusia por el otro, ejercieron un tiránico dominio.

En la final de saltos, las chinas Minxia Wu y Tingmo Shi barrieron a las segundas, las italianas Tania Cagnotto y Francesca Dallape, a las que aventajaron en 30 puntos -338,40 ante 307,80- mientras que las canadienses Jennifer Abel y Pamela Ware, con 292,08 puntos, conquistaron el bronce.

En la individual de la sincronizada, la rusa Svetlana Romashina también ganó con mano de hierro: 96.800 para la rusa, por 95.500 de de la china Xuechen Huang, y 94.400 de la hispana Ona Carbonell, medalla plata y bronce respectivamente.

Profusión de medios de comunicación y aficionados para recibir a la selección de Estados Unidos de natación, que después de entrenarse en la piscina olímpica de Mendizorrotza atendieron al público gasteiztarra. Grandes estrellas como Ryan Lochte o Missy Franklin se mostraron más cercanos que nunca con los aficionados antes de afrontar en escasas fechas sus pruebas del Mundial de Barcelona.

otra oportunidad

El martes 23 Ophelie Aspord disputará su segunda final, en este caso la prueba de 10 kilómetros en aguas abiertas. La labortana obtuvo una meritoria sexta plaza en esta distancia en los Juegos Olímpicos de Londres.

Rusia, intratable

Lo de la tiranía de Rusia en la natación sincronizada es un hecho conocido de sobra. De las 22 medallas de oro que se han repartido en la historia de los Mundiales, este país ha conseguido un total de 20, entre ellos el de ayer de Svetlana Romashina en la final individual.

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