Los principales dirigentes del PP de la CAPV volvieron a reaccionar ayer a la defensiva ante nuevas revelaciones que vinculan el pago de la hipoteca de la sede de Bilbo con dinero negro procedente de comisiones ilegales. Tanto la presidenta, Arantza Quiroga como el secretario general, Iñaki Oyarzábal rechazaron las acusaciones de financiación ilegal aunque la primera apunto que «no le temblará la mano» al tomar decisiones si se demuestra que se cometió alguna irregularidad. Tal y como diversos medios, entre ellos GARA, han apuntado en los últimos días, una de las carpetas con documentación aportadas por Luis Bárcenas en su declaración del lunes ante la Audiencia Nacional española incluía más de 150 folios de documentación con facturas y contratos sobre el pago de la sede que la formación unionista tienen en la Gran Vía de Bilbo.

Según la información presentada por el extesorero y divulgada por diversos medios, entre 1999 y 2005 la formación que entonces dirigía Carlos Iturgaiz llegó a entregar un millón de euros a Bárcenas procedente de comisiones. Este, por su parte, reembolsaba estos fondos (hasta un total de 480.000 euros) para hacer frente a la hipoteca del inmueble. Medios como «El Correo» hicieron pública ayer la reproducción de dos folios que supuestamente corresponderían a esta contabilidad paralela destinada a sufragar los gastos de la sede de Bilbo.

Contradicciones

«El PP vasco no se merece tener en entredicho su honorabilidad, por lo tanto somos nosotros los primeros que vamos a colaborar» con la Justicia «para que se sepa la verdad», afirmó Quiroga durante una rueda de prensa ofrecida en Donostia. Se trata de la segunda comparecencia en dos días en la que el PP de la CAPV tiene que responder ante las acusaciones por el pago de la sede de Bilbo. El viernes, Iñaki Oyarzábal ya declaró ante los medios que su formación lleva recibiendo apoyo de Génova desde 1989, fecha de fundación del partido, pero que estos fondos se destinaban al funcionamiento ordinario y a las campañas. Además, señaló que el dinero se lo entregaba el partido y no Bárcenas. Una afirmación que no es contradictoria con la versión del extesorero, ya que durante toda esa época era Bárcenas quien se encargaba de las finanzas. Ayer, sin embargo, Quiroga contradijo a su propio compañero cuando aseguró que el partido recibía de Génova «una transferencia para gastos» con la que hacían frente a la hipoteca.

«Romper amarras»

Las explicaciones del PP no convencieron a ninguna formación vasca. Julen Arzuaga, parlamentario de EH Bildu, rechazó «la regeneración de lo que está absolutamente degradado». «Creo en la evolución y la evolución política en este país nos marcará distancia con esa forma de hacer política y esas actitudes, valores y formas de entender la política que se llevan a cabo en España» afirmó en una entrevista concedida a Radio Euskadi.

«Es un escándalo en toda regla, hay una dinámica de corrupción intensa, y Bárcenas es el presunto delincuente del PP y de las formas de hacer las cosas del PP», reafirmó, insistiendo en que casos como el de la corrupción del extesorero de Génova animan a «romper amarras» con el Estado .

Por parte del PNV, Joseba Egibar, consideró que el presidente español, Mariano Rajoy, «está gestionando una especie de caos» y enumeró los diversos casos de corrupción que asolan al Estado español, como el encarcelamiento del jefe de la patronal. José Antonio Pastor (PSE) denunció que el caso de Bárcenas constituye «una trama organizada de robo del erario público».