Nada más confirmarse que Susana Díaz es la única aspirante en unas primarias cuestionadas por el resto de candidatos, José Antonio Griñán anunció su marcha de la Presidencia de Andalucía. José Antonio Rodríguez, que se quedó a menos de 200 avales después de que el PSOE no aceptase los apoyos por Internet, considera que el todavía jefe del Ejecutivo está «agotado». Y aboga por una regeneración cuyo éxito lo vincula a las redes sociales.

José Antonio Griñán anunció ayer que deja la Presidencia de Andalucía después de que Susana Díaz fuese proclamada como futura candidata. ¿Cree que el jefe de Gobierno ha esperado a tener las primarias «atadas» hasta dar el paso?

Solo puedo responder con una cuestión bastante clara: anteayer (por el lunes) comenzaron a recoger los avales en Galicia y se ha permitido los apoyos por Internet. Es decir, que los que se me prohibieron a mí, allí son válidos. Si en Galicia son válidos y en España también, ¿por qué en Andalucía no? La segunda parte es que allí es necesario el 10%, mientras que aquí se exigía un 15%. No se entiende el proceso tan rápido. Creo que alguien lo llamó «encajonamiento» del proceso, que es lo que nos ha llevado a este lugar, a que la candidata sea presidenta cuando se vaya Griñán.

Ha sido muy crítico con el proceso de primarias y lo ha llegado a calificar de «paripé». ¿Considera que ha estado telediri- gido desde la dirección?

No puedo decir eso. La palabra es «encajonamiento». Y eso ha provocado este resultado. A mi no me pusieron las cosas fáciles, ni los avales por Internet ni la recogida. Al final ha sido un resultado producto de las normas de un viejo partido que no se adapta a esta nueva sociedad. Lo hemos pasado francamente mal. Tenían toda una estructura de partido, de alcaldes, delegados que han recogido avales para la candidatura oficialista y nosotros hemos tenido que hacerlo incluso sin el censo.

¿Cómo cree que afectará este proceso a la militancia del PSOE? ¿Ha recibido apoyos? ¿Tiene constancia de gestos de enfado?

La sensación es de hastío. Por ejemplo, la alcaldesa de un pueblo, que había sido diputada provincial en León, se ha dado de baja, simplemente porque no le ha gustado nada el proceso de primarias en Andalucía. Y como ella, muchos militantes del partido que me han comunicado su baja y que yo estoy intentando convencerles de que no se vayan, porque ahora es cuando más falta hacen. Desgraciadamente, muchos militantes están pidiendo la baja.

Pese a anunciar que se marcha del Gobierno andaluz, Griñán sigue controlando el partido en Andalucía y tampoco deja la presidencia del PSOE.

Griñán es el pasado y, como tal, debería de abandonarlo todo. Si uno se va, se va del todo, no deja una pierna en un sitio y la otra en el otro. Si esto es por cuestiones personales, como ha afirmado, debería de tomárselo en serio y abandonar todo.

No parece casualidad que el presidente andaluz anuncie su marcha 24 horas antes de que el interventor de la Junta declare ante la jueza Alaya por el caso de los ERE. ¿Cree que el riesgo de ser imputado ha condicionado la decisión de Griñán?

Veo a Griñán absolutamente desgastado. Ya no me refiero a los ERE judicialmente hablando, sino que los ERE se lo han cargado síquicamente. Hace tres semanas vi un Griñán ido totalmente, en unas circunstancias personales de alguien que está acorralado. Vas a comprar el periódico y te hablan de los ERE, vas a tomar una caña y te hablan de los ERE, das una rueda de prensa y no te preguntan por lo que estás haciendo, sino por los ERE. Creo que a una persona de 67 años largos le está afectando tanto sicológicamente que se ha visto contra las cuerdas. Y no es tanto el aspecto judicial. Incluso a lo mejor en setiembre nos encontramos a un Griñán senador. No obstante, creo que los tiros van más por el aspecto personal. A lo mejor hay algo que no cuenta, como una enfermedad o algo que no sepamos. Pero yo lo veo muy castigado sicológicamente, más que judicialmente.

Se ha especulado con su marcha al Senado. ¿Podría ser una fórmula para blindarse?

Es diputado andaluz y puede ir Senado. Defendería bien a la comunidad, no lo digo por cubrirse judicialmente. Por eso pienso que debería de dejar todo: si deja la Presidencia no tiene sentido que controle el partido.

¿Se siente decepcionado con el partido? ¿Cree que hay posibilidades de regeneración?

No, no estoy decepcionado con el partido, sino con la gente que lo dirige. Es el mismo partido de siempre, solo que con unas normas que no están adaptadas a los tiempos en los que vivimos. Por eso la batalla empieza ahora, cuando voy a liderar un ejército de 11.000 personas que se van a dedicar a cambiar estas normas viejas para que pueda participar quien lo desee sin restricciones y sin encajonamientos del proceso. Va a ser una dura batalla. Hemos estado a milésimas de atravesar el grueso muro del aparato del PSOE, el de Andalucía, el más importante. Y yo creo que a la próxima lo conseguiremos. Es hora de que los militantes tengan voz y no siempre los mismos líderes chirriantes y pesados que no nos llevan a buen puerto. Ha quedado mal sabor de boca por unas primarias que no lo han sido.

No solo es la participación, también decisiones como modificar el artículo 135 de la Constitución...

Todo es producto de esa forma de gobernar de espaldas a la sociedad, de esa traición a la militancia que no ha entendido medidas el cambio en la Constitución. Es algo que se ha vuelto contra el partido. Cuando gobiernas de espaldas a la ciudadanía te acaba por salpicar.