Tras meses de silencio en torno al mayor escándalo político de China en décadas, el juicio a Bo Xilai, exsecretario del Partido Comunista (PCCh) en Chongqing (centro) y líder de la corriente neomaoísta, puede celebrarse en cuestión de semanas, quizá de días, bajo la acusación de malversar 3,8 millones de dólares (2,9 millones de euros).

Bo, exministro de Comercio y hasta 2011 uno de los favoritos a conseguir un puesto en el Comité Permanente del Politburó (entonces de nue- ve miembros, hoy de siete), afrontará cargos de soborno, malversación y abuso de poder, en un juicio que podría ser abierto al público.

Pese a que los cargos llevan aparejada en China la pena de muerte, los expertos auguran que probablemente sea condenado a prisión de por vida.