Los accidentes ferroviarios son escasos pero trágicos en sus consecuencias. Las estadísticas forman parte de la propaganda, pero el sucedido en Santiago de Compostela añade algunas dudas por su magnitud y por ser el primero que sucede en una vía de alta velocidad. El tren siniestrado no es un AVE, sino un Alvia, pero las consecuencias han sido extraordinariamente trágicas. Siguen las labores de rescate y los hospitales tiene partes médicos de varias personas en estado crítico. Hay circunstancias significativas. Los maquinistas están vivos. No se les podrá endosar los muertos sin su defensa. La curva fue señalada por los técnicos de Fomento como difícil. Existen sistemas de desaceleración automáticos. Cosas a esclarecer.

Situados en este punto, hay que señalar que la reacción de TVE volvió a ser lamentable. Injustificable. En las primeras horas del suceso solamente las dos cadenas de la TDT más ultra, Intereconomía y 13TV, estaban dando información en directo. Más o menos, porque era difícil en el caos. Hasta casi las doce no entró TVE, y las generalistas comerciales no levantaron su programación, sino que subtitularon la noticia o en algún momento de la noche, hicieron un informativo de urgencia muy corto y sin casi apoyo de imágenes.

Como es lógico en la caverna barajaron la posibilidad de un atentado. Nada nuevo. Las imágenes fueron muy pocas, muy repetidas. Las conexiones en el lugar de los hechos eran difíciles pero muy mal resueltas. En TVE cometieron errores constantes dando los teléfonos para conectar los familiares, no hacían otra cosa que leer una noticia de agencia. Un despropósito. Forma parte de este gobierno inútil, que en el comunicado de condolencia de Presidencia, un copiar y pegar asqueroso, mezclan el terremoto de Gansu. No existe manera de calificar a estos inútiles.

Estamos todavía bajo los efectos del impacto por este grave accidente. Se les llena la boca mencionando la palabra solidaridad. Había colas para donar sangre. Indudablemente los profesionales y la población siempre por encima de sus gobernantes. Esta desgracia no ha hecho nada más que empezar. Atentos a las listas de los fallecidos porque sigue el horror entre chatarra.