«Una canción para Marion» se inscribe de lleno dentro de la tradición del cine inglés hecho para lucimiento de sus intérpretes más veteranos, y que de un tiempo a esta parte les ha llevado incluso por la vertiente musical, como es el caso reciente de «Quartet».

Lo que llama la atención es que este bienintencionado melodrama otoñal haya sido dirigido por Paul Andrew Williams, en cuya filmografía hay una comedia negra o un thriller terrorífico. Desde luego, no se me ocurre otro cineasta más versátil.

Los abuelos del coro

La ilustre pareja estelar de «Song for Marion» la componen Vanessa Redgrave y Terence Stamp. Ella es la vitalista en el matrimonio, y como está enferma de cáncer quiere que su huraño marido se vaya abriendo un poco a los demás, para lo que le anima a apuntarse en un coro para jubilados. La peculiar directora de la agrupación, interpretada por Gemma Arterton, les pone un repertorio poco convencional.