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Ira en Túnez tras la muerte en atentado de un segundo dirigente izquierdista

Coincidiendo con el intento de sectores de oposición tunecinos de imitar el golpe de mano en Egipto, la muerte del líder izquierdista -y van dos en lo que va de año- Mohamed Brahmi ha incrementado la presión sobre los islamistas de Nahda, que lideran el Gobierno de coalición.

GARA | TÚNEZ

Dos hombres a bordo de una moto vaciaron sus cargadores sobre el diputado opositor de izquierda Mohamed Brahmi cuando bajaba de su coche ante su casa, en Ciudad El Ghazela (provincia de Ariana), próxima a la capital, Túnez.

Se trata de la segunda personalidad política de la izquierda muerta en atentado en los últimos cinco meses en Túnez, después de que Chokri Belaid, secretario general del Partido de los Patriotas Demócratas Unificados (WATAD) y -al igual que Brahmi- miembro del Frente Popular, muriera en febrero.

Miles de personas salieron a las calles en Sidi Bouzid, ciudad natal de Brahmi y donde comenzó la revolución que derrocó en 2011 al presidente Zine el Abidine Ben Alí. Grupos de manifestantes incendiaron la sede local de Nahda, el partido islamista de los Hermanos Musulmanes, que lidera el gobierno de coalición.

Previamente se había informado de miles de manifestantes frente al Ministerio del Interior en la capital -disueltos por la Policía con gases lacrimógenos- y que se dirigían a la Avenida Habib Bourguiba, coreando eslóganes como «Túnez es libre», «Abajo Nahda», Ghannuchi asesino» (en referencia al líder de Nahda) y exigiendo la disolución de la Asamblea que está redactando una nueva Constitución.

«Los que han ordenado este crimen han elegido el día en que los tunecinos festejan la República», denunció a AFP un hombre que se identificó como Mohamed B. A su lado, Fethi Mouelhi denunciaba un «complot contra Túnez» y, aunque no apuntaba directamente al Ejecutivo mayoritariamente islamista, insistía en que «la responsabilidad es del Gobierno por la ausencia de vigilancia» para evitar atentados de este tipo.

Brahmi, acribillado con once balazos, era muy crítico con los islamistas y fue hasta el 7 de julio coordinador del Movimiento Popular (Echaab, izquierda), movimiento que él mismo fundó y que abandonó tras denunciar que la formación nacionalista de izquierda había sido infiltrada por elementos islamistas.

Rached Ghannouchi aseguró que el atentado busca «detener el proceso democrático en Túnez y asesinar el único modelo exitoso en la región, especialmente tras la violencia en Egipto, Siria y Libia». El secretario general del partido, Hamadi Jebali, que tuvo que renunciar como primer ministro tras el atentado mortal contra Belaid, señaló que estaríamos ante «el segundo capítulo en una conspiración contra la revolución y contra el país».

con el pie cambiado

El ministro y consejero del Gobierno, Noureddine B'hiri, había anunciado la víspera que habrían identificado a los que ordenaron el atentado mortal contra el dirigente izquierdista Chokri Belaid hace cinco meses.

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