Violentos combates tenían lugar ayer en Homs, ciudad del centro de Siria, donde el conflicto se habría saldado con más de 2.000 muertos desde el inicio del Ramadán el 10 de julio.

No era el único escenario de violencia. Siete personas murieron y más de 60 resultaron heridas por la explosión de un coche-bomba al este de Damasco, en un barrio (Jaramana) de mayoría cristiana y drusa.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de que el Ejército intentaba tomar al asalto el barrio rebelde de Jaldiye, en Homs, y ofreció un balance de ocho uertos entre las milicias leales al Al-Assad y un número indeterminado de rebeldes muertos.

El OSDH denunció bombardeos intensos sobre Jaldiye y el barrio de Jurat al-Chayah. Yazan, un militante opositor que vive en la zona, señaló que «el régimen trata de entrar y cientos de proyectiles de todas clases han caído en cuatro horas».

La ONU cifró ayer en más de 100.000 los muertos desde el inicio del conflicto en marzo de 2011. A ello se suman las guerras paralelas entre kurdos y yihadistas y entre yihadistas y rebeldes laicos en Deir Ezzor (este).