En una interesante entrevista que hoy publica GARA con los colíderes del PYD, principal partido de los kurdos de Siria, estos presentan la posición que han tomado desde que estallara la guerra. A saber, caminar por el filo de la navaja, evitando cualquier antagonismo militar abierto con las fuerzas de Assad o las facciones islamistas mientras se concentran en mantener la seguridad y fortalecer el control sobre sus asuntos propios. Reconstruyen comunidades, escuelas en lengua propia, organizan la autodefensa militar, una democracia de abajo a arriba, siempre desde su lealtad al hecho nacional kurdo y a sus valores seculares que son un anatema para yihadistas afiliados con Al Qaeda. Los kurdos han comprendido que a falta de aliados pacíficos -en Siria y en la región- deben organizar su defensa a gran escala, contando con sus propias fuerzas y la sinergia de un pueblo de más de 30 millones de personas dividido en cinco Estados.

Construyen democráticamente una comunidad desde la participación del pueblo, sea con las armas en la mano o con los lápices en la escuela. Haber sido tantas veces traicionados enseña a confiar ante todo en las propias fuerzas.