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Raimundo Fitero

El tono

 

En el bucle del accidente, sobrecargadas todas las líneas informativas, pendientes de cualquier detalle que nos indique la salida hacia un lugar donde encontrar consuelo, el tiempo se vuelve eterno. Como eterna es la paciencia. Y eterna la manipulación. La incapacidad manifiesta del actual equipo directivo de RTVE para responder con los medios adecuados a la importancia del accidente y sus consecuencias ha traído mucha cola. Si lo sentimos a primera vista lo mal hecho, la mala calidad informativa, el desorden y la falta de criterios en los momentos claves de la noche del veinticuatro, lo que ha seguido no ha borrado esa sensación de desorientación que dejó la cadena. Al día siguiente se sucedieron las críticas generalizadas a la mala gestión, pero se reprodujeron internamente unas luchas sindicales. Mientras CCOO hacía una crítica feroz a la actitud del equipo directivo, perdido, sin respuesta, USO, se enfrentaba no a la dirección, sino al otro sindicato utilizando un lenguaje casposo, de esos que huelen a la naftalina del perrito faldero de peluche que encuentra siempre a los jefes oportunos y eficaces y a sus compañeros enemigos, conspiradores judeo-masónicos que quieren destruir el ente. Vergonzoso. Pero los medios de información se volcaron conforme crecía la magnitud de la tragedia. Los canales generalistas se desplazaron al lugar de los hechos desde donde emitieron sus informativos y especiales, con conexiones a los puntos donde se daban informaciones. TVE se ocupó de hacer la cobertura propagandística al señor de los hilitos y al suegro de Urdangarin. Los otros canales asumieron mejor su labor de servicio público. Y de repente apareció el vídeo de la cámara de Renfe en que se ve de frente el accidente. Impresionante.

Una de las víctimas es Carla Revuelta, que había dirigido varios capítulos de la serie «Aída», y otras series como «Fenómenos» o «Los qué» y participado en la realización de programas como «La isla de los famosos». Una mujer muy querida por su rango profesional y sentido del humor. Eterno, sigue siendo eterno el dolor. Ahora con detalles. Y compadezco al maquinista al que ya han fusilado algunos medios.