público.es, Luis García Montero 2013/7/25
El problema más grave del PP
Un paisaje ético como el dibujado por el PP es desolador. Su modo de actuar, de representar de forma cotidiana el lado turbio del poder, provoca un espectáculo deprimente. Ni las peores obras literarias han creado unos malos tan malos, unos mentirosos tan mentirosos, unos desvergonzados tan desvergonzados. (....) Cuando comparezca Rajoy ante los representantes políticos de los españoles, el problema no será Rajoy, sino los diputados del partido en el Gobierno que, con nombres y apellidos, desde la A a la Z, se olvidarán uno por uno de la decencia para aplaudir la corrupción. Una España sin honor democrático, sin vergüenza.
Esto es grave. También es grave un poder judicial tomado por el clientelismo y dispuesto a perdonar a los delincuentes y a perseguir a los jueces que intentan cumplir de forma honrada con su trabajo. Aquí pasa a segundo plano querer saber la verdad, hacer justicia y facilitarle a las víctimas una reparación. Ahora es prioritario estar del lado del que manda en los premios y en las dificultades, en las declaraciones y en los silencios, para recibir un ascenso, un indulto o una rebaja de pena.
Es muy grave la evidencia de un comportamiento poco distinguible de lo mafioso. Pero no es lo más grave para el PP. Por desgracia hemos visto que municipios y comunidades autónomas han respaldado con mayorías absolutas a dirigentes manchados de barro hasta la nuca. No habla bien de la ciudadanía, ni de la salud democrática, pero es así. Se pueden ganar elecciones siendo un corrupto notorio.
Por eso el problema más grave que tiene el PP en este momento no es la corrupción, sino la trampa y el callejón sin salida de su política económica. No resulta muy original afirmar que la realidad determina la conciencia, pero me parece oportuno recordarlo aquí y ahora.(...)