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Raimundo Fitero

Peatones

 


Por voluntad propia, Lucía Etxebarria ha abandonado el «Campamento de verano». Las causas forman parte del secreto del sumario de Hacienda y de las componendas con el equipo de este reality de bajo coste. A la espera de algún aliciente más, la escritora bi-premiada con el Nadal y el Planeta, era lo único que entretenía, tanto en la parte baja de los instintos, como en la media de las posibilidades de discernimiento sobre este tipo de programas, el modelo de concursante que se amolda, la capacidad de enredo, mentira, manipulación de alguien dentro del grupo y un largo etcétera que probablemente sea fruto del calenturiento verano de este recalcitrante vocero del absurdo televisivo.

Zanjado el asunto, por lo menos durante unos días, con los efectos colaterales del accidente ferroviario planeando todavía sobre la cabeza del maquinista al que le imputan setenta y ocho homicidios por imprudencia, con una rapidez inusitada de Renfe y Agif por endosarle la desgracia y así lavarse un poco las manos, es evidente que está funcionando por encima de la prudencia, la presunción, la investigación y el respeto a las víctimas, una urgencia desde el gobierno por decir que no era alta velocidad y así no perjudicar los contratos que se están negociando para construir varios kilómetros de este sistema ferroviario en varios países.

En medio de todo ello, un consejo de ministros, una rueda de prensa posterior y la vicepresidenta Soraya, flanqueada Por Pepito Grillo Montoro y el tétrico Fernández, ministros de Hacienda y de Interior. El uno amenazando con acabar con la autonomía de los ayuntamientos. El otro lanzando unas serie de medidas represivas que llegan a que se les va a hacer prueba de alcoholemia y sustancias tóxicas... a los peatones. O sea, cuando vayas con una cogorza tremenda o un colocón de fin de curso, puede llegar cualquier autoridad y te detiene porque puedes poner en peligro la seguridad vial al cruzar una calle dando tumbos. No sé, me parece que es la puerta abierta para la arbitrariedad, para multar y detener a cualquiera. ¿Nos darán puntos a los peatones? Y cundo los agote un ciudadano, ¿qué? Enclaustrado en su casa, sin salir ni a comprar el pan.

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