El proyecto de ley de reforma local aprobado anteayer por el Consejo de Ministros ha logrado algo que parecía imposible: poner en contra a todas las fuerzas políticas vascas, salvo lógicamente el PP. UPN prefiere esperar a ver la letra pequeña del texto, aunque inicialmente también se mostró en contra. El resto, desde EH Bildu hasta UPyD pasando por PNV y PSE, rechaza el proyecto.

El Govern catalán dijo el viernes que la reforma no será aplicada en Catalunya, mientras Lakua se limitaba a pedir al PP que no la imponga en la CAV. Para la presidenta de Eudel, Ibone Bengoetxea (PNV), «tal y como se plantean algunos artículos» del proyecto gubernamental, la legislación será «inaplicable» porque no recoge las «especificidades vascas que se derivan de un sistema consolidado a través del Estatuto y del Concierto».

En cuanto al fondo del asunto, Bengoetxea sostuvo que la ley solo lograría que los ayuntamientos presten «menos servicios y con menor calidad». Así las cosas, en declaraciones a Radio Euskadi tildó esta reforma de «hachazo a los ayuntamientos», especialmente a los más pequeños.

«No nos satisface para nada, nos vacía de competencias y los ayuntamientos vascos siempre hemos querido prestar servicios de proximidad y calidad. El criterio economicista exclusivamente basado en el dinero, en recortar, no nos convence», añadió la presidenta de Eudel.

Mintegi: «Obsceno»

En cuanto a las formaciones políticas, EH Bildu ve un interés paralelo ideológico de «eliminar la diversidad política para centralizar todo». Laura Mintegi indicó que subyace «una concepción política de eliminar todo lo que molesta y es pequeño» hasta llegar «al blanco y negro». Añadió que es «obsceno» que el plan prometa ahorrar 8.000 millones el mismo día que «se dan por perdidos 36.000 que se dieron a la banca».

Al rechazo de EH Bildu y PNV se unieron ayer PSE y UPyD. José Antonio Pastor admitió que no acaba de entender el texto, pero sí aprecia «excusas para hacer desaparecer a los ayuntamientos como órganos de representación política».

A UPyD le resulta incomprensible retirar competencias a ayuntamientos para dárselas a las diputaciones, «que son lo más antidemocrático que hay», dijo Gorka Maneiro.