Interior y Fomento centran toda la atención en el maquinista detenido
El maquinista del tren que descarriló el pasado miércoles a escasos kilómetros de la estación de Santiago de Compostela fue dado ayer de alta y trasladado a comisaría acusado de un presunto delito de «homicidio por imprudencia». El sindicato de maquinistas expresó su «sorpresa» por la «rápida detención e imputación» de Francisco José Garzón. Tanto el ministro del Interior como la titular de Fomento cargaron las tintas contra él, responsabilizándole del siniestro.
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Al igual que hicieran los responsables de Renfe y Adif, la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, responsabilizaron al maquinista del tren que descarriló el miércoles a escasos cuatro kilómetros de la estación de Santiago de Compostela al entrar en una curva cerrada de un trazado convencional. El fatal descarrilamiento provocó la muerte de 78 personas.
Su maquinista, Francisco José Garzón, con amplia experiencia, fue dado de alta ayer y trasladado a la comisaría de la Policía española en la capital gallega acusado de un delito de «homicidio imprudente».
Durante la visita que realizó ayer al lugar del accidente, Fernández Díaz sostuvo que existen «indicios racionales» de que pudo tener alguna «eventual responsabilidad», aunque se negó a precisar tales indicios. «No voy a decir nada más, hay una investigación abierta», alegó.
Reconoció, no obstante, que «todas» las líneas de investigación permanecen «abiertas» y que «no se descarta ninguna».
Por su parte, Ana Pastor destacó en varias ocasiones, sin citar expresamente al maquinista, que «quien opera el ferrocarril» es el que tiene que cumplir dichas normas.
«En España hay unas normas de seguridad, que tienen que ver con la vía, con el tren y con quién opera el ferrocarril y esas normas se tienen que cumplir; la investigación lo que tiene que esclarecer es si se han cumplido esas normas que marca el ordenamiento jurídico», reiteró.
Sin embargo, el presidente de la asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP), Ricard Riol, instó ayer a Fomento, a Adif y a Renfe a no escudarse en el «error humano» del conductor como única causa del accidente. «Hay que investigar cómo es posible que un tren doble la velocidad máxima permitida en una línea de altas prestaciones, incluso existiendo un hipotético error humano, y revisar los protocolos para preservar la seguridad como el mayor atributo del ferrocarril», remarcó. Insistió en que «los sistemas de señalización deben protegernos a los usuarios de los errores humanos, y más en una línea de altas prestaciones como es la que ocurrió el accidente». «El factor humano existirá siempre, y para esto están los sistemas de señalización y bloqueo, y en las líneas ferroviarias de altas prestaciones, el sistema de seguridad debe proteger de un eventual fallo del conductor», añadió. Por ello, Riol no dio por «buena la explicación del error humano porque no evita una tragedia. En el momento en que se atribuyen las culpas al factor humano, estamos evitando poner soluciones a problemas similares en el futuro».
En la misma línea, el portavoz del Sindicato de Maquinistas Ferroviarios, Santiago Pino, advirtió en entrevista con «La Vanguardia», que «el hecho de que haya un accidente nos hace ver que hay algo que no está bien diseñado o no ha funcionado correctamente. En un sistema complejo una sola causa no suele provocar una catástrofe de esta magnitud. Hay que ser rigurosos y determinar lo que no funciona o qué errores se han cometido».
Tres días después de la peor tragedia ferroviaria en cuatro décadas en el Estado español, los habitantes de Santiago de Compostela y de toda Galicia acuden al lugar del siniestro.
«Nos imaginábamos que ya estaba todo limpio y acabamos de ver que el primer convoy está aún allí. Te da un poco de escalofrío pensar todo lo que se pudo haber vivido aquí, en ese día y esa noche terribles», manifestó a AFP Celia Rosende, apuntando a lo lejos hacia la máquina del tren y el parabrisas completamente roto. Los operarios comenzaron ayer sobre las 14.00 la retirada del último vagón y la locomotora del tren, que permanecían en las vías. Primero, desengancharon y arrastraron el vagón hasta la plataforma de un tren auxiliar en la vía 2, por la que fue trasladado de la zona, para después comenzar las labores de retirada de la locomotora, situada en un talud próximo a la vía.
Por otra parte, según informó la Consellería de Sanidad gallega, de las 178 personas que en la noche del siniestro fueron trasladadas a centros hospitalarios, 71 seguían ingresadas, de ellas 31 en estado crítico. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (PP), anunció la celebración en los próximos días de un acto civil en recuerdo a las víctimas. Feijóo dijo ayer que la alta velocidad a Galicia está en construcción, por lo que «mientras no concluya su conexión con Madrid, los trenes y las vías que se emplean no pueden gozar de la calificación técnica que conlleva ese vocablo». Sin embargo, en su inauguración junto al entonces ministro de Fomento José Blanco (PSOE) remarcó que se cumplía «el deseo colectivo» de los gallegos de contar con la alta velocidad. GARA