Seguimos en el bucle, y empezamos a estar muy enfadados porque se están aplicando todas las técnicas de manipulación posible. Lo del maquinista, juzgado antes de cualquier investigación, clama al cielo. Es un caso flagrante, algo evidente, con una presión desde diferentes medios de comunicación que huele a consigna para desviar la atención, quitar responsabilidad a quienes decidieron no tener el sistema de seguridad adecuado en el tramo de vía donde sucedió el accidente. Y un maquinista, como un alfarero, puede cometer errores. Pero en estos caso existen sistemas que se ponen precisamente para evitar eventualidades de los humanos.

El ejemplo más claro de manipulación es la puta foto en la que aparece un bombero de ojos azules, llevando en brazos a una niña ensangrentada. Es foto de portada, se harán pósters, servirá para reivindicar los servicios públicos, el aumento de sueldo de los bomberos y lo que quieran, pero si ven la secuencia entera, esa foto está tomado dos segundos después de que un chaval con camiseta roja se la entregara. Un civil, un vecino, que aparece en todas las cintas de vídeo salvando a varias personas, retirando cuerpos, ayudando a salir a personas de los trenes. Un chaval entrevistado en algún canal, que habla con sencillez, con dulzura, sin darse importancia. Que al día siguiente seguía colaborando. Y sin cobrar dietas, ni pluses de peligrosidad.

Otra cosa que se acaba de conocer es que muy cerca del lugar del accidente había un hospital público, al que no se derivó a nadie debido a que estaban algunos quirófanos cerrados por los recortes y sin apenas personal. Y fueron, claro está , enviados a privados. Es una noticia sórdida, como que se tardó dos horas en poner la alerta adecuada, como la falta de iluminación para trabajar de noche. Como dos helicópteros que no volaron y podrían haber ayudado a los traslados. Demasiados ejemplos que vienen a confirmar la negligencia acumulada que convirtieron en mayor la catástrofe. Esa misma curva es una barbaridad de ingeniería. Yo pido una medalla, un reconocimiento público al chaval de la camiseta roja como ejemplo auténtico de la solidaridad. El bombero cumplía con su deber.