público.es | David Torres 2013/8/8
El FMI toca fondo
Cuando leí que una organización criminal como el FMI, liderada por violadores, ladrones y delincuentes de todo tipo, recomienda bajar los sueldos de los trabajadores mientras mantiene íntegras las canonjías de los estafadores que nos han conducido al actual desastre, inmediatamente detecté, en medio del cinismo y el asco, el olor aterrador de la psicopatía. (...)
La propuesta del FMI me recordó el párrafo de apertura de Travesti, de John Hawkes, la novela más brutal y perturbadora que he leído en lo que va de año (...)
La novela es el monólogo frío, monocorde y exacto de un asesino, un conductor que ha preparado un accidente perfecto para los tres ocupantes del vehículo: su mejor amigo, su hija y él mismo. El texto es una máquina de producir angustia por diversas razones, pero no es la menor el hecho de que el conductor, como tantos asesinos, pretende impartir una lección moral a sus víctimas. (...) La sensación al leer Travesti, incómoda y fascinante a más no poder, es que estamos sentados dentro del automóvil, viendo la cinta negra de asfalto devorada bajo la luz de los faros y las paredes de bosques, granjas y caseríos deslizándose hacia atrás, hacia el vacío. Y no podemos hacer nada.
Hawkes publicó la novela en 1976, mucho antes de la actual crisis, de manera que dudo mucho de que entre sus intenciones estuviera la profecía económica. (...) Pero es evidente que todo gran libro se alza por encima de las intenciones de su artífice y acaba siendo otra cosa. En este caso, la alegoría se traduce fácilmente: vamos a bordo de un modelo económico destinado al naufragio y además quien conduce la nave nos dice que, si no somos responsables de la catástrofe, nos la merecemos. No hay manera de escapar, no hay marcha atrás, los cierres están bloqueados, no podemos saltar en marcha, y el accidente se planeó mucho tiempo atrás, medido hasta en sus más mínimos detalles.
Buen viaje, señores. (...)