UDATE | Iratxe FRESNEDA, Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Cine de verano
Hace tiempo que los cines necesitan reinventar el modo en el que exhiben sus películas y por supuesto el tipo de obras que proyectan. Cambio y juego de horarios, más preestrenos con público, ciclos... Es cuestión de imaginación, de implicarse, de generar redes en torno al cine que consigan aunar intereses, fuerzas y colaboraciones. Que el cine y los productos audiovisuales se integraran en la vida cultural y audiovisual sería un buen comienzo. ¿Por qué no incorporar los documentales de un modo más mayoritario en el circuito? ¿Por qué no realizar ciclos de series? ¿Qué hay de los cortometrajes? Se puede, quizá cueste comenzar el proceso y tejer la red, pero es más que factible. Algo así han hecho desde Sade Cines con los jueves de los Trueba. Por su parte, Golem viene realizando desde cuatro años atrás su selección llamada «Golem Verano». Comenzaron el 5 de julio y hasta el 15 de agosto dedican pate de su cartelera a recuperar y revisar películas que merecen ser rescatadas, obras, que como ellos dicen, vienen avaladas por la buena acogida que han recibido en distintos festivales y que se pasan en versión original subtitulada. 21 películas, algunas de ellas imprescindibles, funcionan como muestra de lo que ha sido parte de la producción cinematográfica del año. «Amor», de Michael Haneke -Palma de Oro de Cannes y Óscar a la Mejor Película de habla no Inglesa-; la Concha de Oro en Zinemaldia, «En la casa», de François Ozon; «La parte de los ángeles», del británico Ken Loach; o «Weekend», del joven director Andrew Haigh. «Bestias del sur salvaje», «La casa Emak Bakia» o «Woody Allen: el documental» son algunas de esas propuestas que regalan oxígeno a una cartelada superpoblada de un cine que está lejos de ser imprescindible.