Al columnista esquinado, los veranos, las fiestas, el cardamomo de los gintonics y la tensión baja de las programaciones televisivas, le llevan a circunstancias que le alteran la percepción de la realidad. Un día, seguro, en una levitación o en una revelación mariana conseguiré entender lo de los fuegos artificiales en ETB. Hoy, con el cambio de localización, llegando los mismos al incomparable marco incomparable de la Concha donostiarra, es imposible que nadie me convenza. No cabe en mi alteralidad más conceptos metafísicos. Tengo bastante con mis despertares con sembrado de alfileres en la base del cráneo como para esforzarme en comprender un misterio televisivo.

La verdad es que algo me remitía una y otra vez al Ecce Homo al ver el protagonismo del delegado del gobierno Carlos Urquijo. Ya sé que es de muy mala educación hacer chistes con el apellido de nadie ni con su construcción física, pero tampoco está bien intentar conseguir portadas a base de amargar la vida a sus conciudadanos inventándose denuncias y prohibiciones para impedir el pregón de personajes populares elegidos por quién corresponde. Asunto que, desde luego, no le hará crecer el pelo ni rebajar las bolsas de sus ojos, pero quizás le ayuden a subir escalafones en su carrera política, porque está visto que para ostentar cargo, sueldo y sobre, hay que ser el más extremista de la clase. Pregúntenle a Alfonso Alonso, que se le está poniendo cara de ministro cada vez que dice mentiras y manipula u hostiga a los enemigos de su banda. Había una explicación y los juegos freudianos, los monstruos de la razón festera y las decisiones políticas me han solucionado el desvarío: resulta que Cecilia Giménez, la restauradora del Ecce Homo de Borja que la llevó a la fama, que ha colocado a su pueblo en el mapa turístico mundial, es la pregonera de las fiestas de este año. Ahí estaba la conexión. Esto es lo que nos emparenta, hermana y nos hace más goyescos. Quizás al señor Urquijo le gustaría nombrar a Cecilia Giménez, ya que está entrenada, la pregonera obligada en todas las fiestas mayores. Todo cuadra. Todo estiércol. Están dejando la democracia como el Ecce Homo. No es un chiste.