OSASUNA 1

VALLADOLID 1

Se acabó la pretemporada. En cuanto los rojillos regresen a Tajonar el próximo martes tras disfrutar de un par de jornadas de descanso, Osasuna estará metido ya de lleno en la dinámica de la competición, con el debut liguero frente al Granada llamando a la puerta.

Un choque en el que habrá que ver si los navarros han sabido solucionar los problemas que les han acompañado este verano y potenciar las virtudes que también han exhibido. Entre los primeros, cierta irregularidad defensiva, que ha provocado que solo hayan podido concluir un tercio de los amistosos que han disputado con la portería a cero. Y salvo ayer en El Plantío, cuando los dos goles llegaron en el segundo tiempo, los rivales siempre se han adelantado en los primeros veinte minutos; un dato, por negativo, a tener en cuenta.

A cambio, Osasuna parece seguir siendo capaz de apretar los dientes y reaccionar ante la adversidad, aunque no siempre pueda reflejarlo en el marcador. La falta de gol se presentaba como una de las grandes preocupaciones en el entorno rojillo durante el verano. Una percepción que parece haber acabado revelándose injusta, teniendo en cuenta que Osasuna solo se ha quedado sin marcar en sus tres primeros bolos -y en dos de ellos tampoco encajó- y que el saldo de goles recibidos y anotados ha acabado equilibrado, con ocho a cada lado de la balanza. No es mala señal, en este sentido, que los tres hombres de punta hayan visto puerta esta pretemporada. Dos goles han anotado Oriol Riera, Ariel Núñez y Manu Onwu.

Precisamente, un gol del futbolista de Valtierra permitió al equipo de José Luis Mendilibar firmar su quinto empate del verano. Hubo que esperar a la segunda parte para celebrarlo, cuando Osasuna fue mejor

Avisos sí, goles no

Hasta el descanso, la balanza se había inclinado del lado del Valladolid, que bien podía haberse adelantado en el marcador con un cabezazo de Valiente a las primeras de cambio o, sobre todo, con un buen centro de Omar que Javi Guerra, solo en el pico del área pequeña, controló con el pecho antes de obligar a Andrés a desviar el balón.

Los rojillos respondían con ganas pero sin excesivo acierto. Solo un incisivo De las Cuevas parecía capaz de desequilibrar por el lado osasunista. Suyos fueron los remates más intencionados, incluyendo un potente disparo al filo del descanso que Mariño, a mano cambiada, abortó en una gran acción; y la asistencia para que Oriol Riera probara con un cabezazo intencionado. También lo intentaron Arribas, en un saque de esquina, y Oier, rematando en plancha un servicio de Jon Oriol, pero sus esfuerzos fueron igualmente infructuosos.

Llegó la segunda parte, llegaron los cambios y también llegó la mejoría rojilla. Los dos rivales lo intentaban, pero esta vez se veía a Osasuna más cerca, más centrado, más equipo, más chisposo; en definitiva, mejor. Pero, curiosamente, fue el Valladolid el que se adelantó en el marcador, en lo que fue su primera aproximación al área de esta segunda parte. Un balón muerto a saque de esquina que Rueda aprovechó para firmar el 0-1.

Reaccionó Osasuna, ya con Armenteros en el campo -y Oier en el eje de la defensa-, decidido a hacer justicia en el marcador. Apenas necesitó un cuarto de hora para conseguirlo. Y con precioso envoltorio, porque Manu Onwu restableció el empate en el marcador con todo un golazo. El ariete osasunista recogió el balón en la frontal para disparar colocado y ajustado a la escuadra.

Hubo toma y daca a partir de ese momento y hasta los últimos minutos. Andrés salvó ante Osorio y Manucho, mientras Armenteros y Puñal -con una falta en el último minuto- rozaron el gol por parte de un Osasuna que regresó de El Plantío con un esperanzador sabor de boca.