Si ayer esta lupa enfocaba a quien merece ser presidenta del club de fans de Urquijo, hoy lo hace sobre uno de sus maestros, el exdirector de Comunicación del Ministerio de Interior español Cayetano González.

Comenzaba su pieza en «Libertaddigital», titulada «Están muy creciditos», de esta guisa: «No hacía falta tener dotes de adivino para saber que lo que se está viendo ahora iba a suceder», y ni en el titular ni en ese comienzo se refería a Inglaterra ni a las autoridades del Peñón de Gibraltar, sino a «Ese mundo de ETA» que «ahora vuelven a ser los de antes: los matones del barrio». Dicho por un estrecho colaborador de Mayor Oreja suena a chiste. Afirmaba que «Sólo desde esa chulería matonesca se puede entender que el Ayuntamiento de Llodio, en manos de EH-Bildu, quisiera que el pregonero de las fiestas fuera el exalcalde Pablo Gorostiaga, actualmente en la cárcel por colaboración con banda armada». O desde el afecto de sus vecinos, que pusieron ese Ayuntamiento «en manos de EH-Bildu» con sus votos, a diferencia de los cargos de Cayetano y de Carlos Urquijo. Se refería también al nombramiento de Jone Artola como txupinera de Aste Nagusia de Bilbo y a la «inmensa ikurriña» desplegada en Iruñea al comienzo de sus fiestas «tapando el balcón principal del consistorio y retrasando media hora el comienzo de las fiestas», lo cual no es correcto, pues el retraso se debió a la decisión de la autoridad competente. Los mencionados, decía Cayetano, «Son sólo tres ejemplos -y habrá mas en lo que queda de verano- que demuestran que el mundo de ETA está muy crecidito». A continuación, criticaba al Gobierno del PP por blando y aplaudía a Urquijo por su «firmeza y constancia». Por estas tierras le llaman pelmada y obsesión.

La decisión del Ayuntamiento de Bilbo de presentar alegaciones contra la suspensión judicial del nombramiento de Artola como txupinera le parecía ayer a «La Razón» «Una victoria para las víctimas de ETA», para las que esta gente terminará pidiendo que ocupen todas las alcaldías y cargos de este país sin necesidad de elecciones. Una no termina de ver a qué victoria se refieren. Y decía en un `puntazo' que el Ayuntamiento de Bilbo «se equivoca», porque «La Aste Nagusia de Bilbao, la Fiesta Grande, debe ser una ocasión para la convivencia. Con la proetarra abriendo la fiesta, se desprecia a las víctimas de la banda asesina que ella tanto defiende». Y con los argumentos de «La Razón» se desprecia la inteligencia.