La decisión tomada por Bilboko Konpartsak de nombrar a Jone Artola txupinera de Aste Nagusia 2013, y corroborada hace un mes por la comisión de fiestas, donde participa el propio Partido Popular, ha marcado el comienzo de las fiestas y posiblemente el devenir de toda la semana. Cuando todos y todas deseábamos disfrutar de las fiestas tras un año marcado por la crisis y la grave situación que padecen los presos y presas políticas, la Aste Nagusia de Bilbo de este año comienza crispada por la injerencia del señor delegado del Gobierno español en la Comunidad Autónoma Vasca.

Pero no vamos a perder el tiempo en valorar la poca talla política del señor Carlos Urquijo, porque pensamos que -no deja de ser una pieza más de la cadena represiva- es una marioneta más de la estrategia de bloqueo, sufrimiento y venganza que el Partido Popular impone con la situación de los presos y presas políticas y sus familiares y, en definitiva, todo su entorno social y afectivo. Como decimos en el Botxo, un sinsorgo y, sobre todo, un aguafiestas.

Al grano, la decisión política de recurrir el nombramiento de la txupinera, la designación de Pablo Gorostiaga como pregonero de las fiestas de Laudio o la prohibición de numerosos actos a favor de los derechos de los presos y presas políticas vascas responde a esa estrategia.

Una cortina de humo que nos pretende incluir en una espiral sin salida, perpetuar el pasado y desviar la atención. Quieren ocultar no solo la conculcación de derechos de la que son responsables, sino también extender una ceremonia de la confusión sobre lo que realmente preocupa a la mayoría social de este país. E incluso sobre los escándalos que azotan a la formación política que gobierna en La Moncloa y apenas conecta con el sentir de la sociedad vasca.

Y en lugar de buscar soluciones a estos problemas, prefieren tratar de censurar esa realidad, ocultando, falseando y creando polémica. No nos engañan. En este sentido, lo censurable no es pedir el respeto a los derechos humanos de los presos y presas vascas, sino que el Gobierno español los esté vulnerando de manera flagrante manteniendo y endureciendo la dispersión, agravando de forma cruel el sufrimiento y privando de libertad a los presos y presas enfermas, o alargando la estancia en prisión de quienes han cumplido su condena, en contra de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Y del mismo modo, la actitud de algunos grupos políticos del Ayuntamiento de Bilbo, que en lugar de zanjar la cuestión apoyando la decisión de Bilboko Konpartsak y el derecho de Jone Artola a ser txupinera, aprovechan la situación para arremeter contra el modelo festivo y ayudar a extender la anteriormente mencionada cortina de humo. No basta con palabras bonitas en el backstage cuando en el escenario se impone el ritmo que marcan desde Madrid. En este país necesitamos otro sonido, un ritmo de soluciones, un baile de complicidades y acuerdos políticos que den una salida al conflicto que durante tantos años estamos sufriendo personas de diferentes sensibilidades. Y estamos seguros de que la inmensa mayoría quiere la solución. Respuestas en positivo, responsabilidad y avanzar hacia adelante. Se acabó el tiempo de andar como los cangrejos, la historia y el contexto no nos permiten semejantes lujos.

Las personas que conocemos a Jone Artola conocemos su trayectoria y su valía personal. Sabemos que siempre ha estado intentando bailar ese ritmo que en Euskal Herria necesitamos urgentemente. Su trayectoria está marcada por su trabajo en defensa de los derechos de las mujeres, contra la exclusión social, a favor del euskara, por un modelo festivo popular en Txori Barrote y Bilboko Konpartsak, por que se respeten los derechos de los presos y presas políticas vascas, pero sobre todo está marcada por los miles de kilómetros que ha recorrido a través de todo el Estado español durante 27 años. Jone, al igual que centenares de bilbainos y bilbainas de toda sensibilidad política se ha visto obligada a dar ya varias vueltas al mundo sufriendo la dispersión -con el riesgo vital y la sangría económica que ello supone- y luchando por que esta política penitenciaria sin sentido desaparezca del día a día de miles de personas en este país. En definitiva, apostando por dar una oportunidad a la resolución y la paz. Ni más ni menos.

Por todo esto, desde Etxerat y Herrira, queremos mandar un fuerte abrazo a Joseba, a Ugaitz y a todas las personas que deberían estar en Aste Nagusia y mediante la aplicación de leyes excepcionales e injustas, construi- das ad hoc, contrarias al sentir mayoritario, el sentido común, obstaculizadoras de la paz y vulneradoras de los derechos humanos, no les dejan. Y un muy cariñoso, orgulloso y sentido Aupa Jone! Gure txupinera.