Raimundo Fitero
Cucaña
Los chicos que viven de la banda organizada para robar y saquear las arcas públicas andan un poco despistados. Donde mejor se mueven es en el asunto de Gibraltar porque pueden españolear con un pretendido consenso general. Pero en «La Sexta Noche», con la conducción de Ana González, mucho menos afectada y mejor preparada que Iñaki López, se produjo una intervención en dúplex con la alcaldesa de La Línea de la Concepción y ahí se vio como se trata de una bravata meramente ideológica, en este eterno retorno al franquismo que se ve constantemente con tanto cachorro pepero haciendo el saludo facha con la complicidad manifiesta de sus superiores orgánicos.
Con lo de los jefes de la banda andan más despistados. La fiel infantería se mantiene firme pero ya van del negacionismo al relativismo, y notan cada vez más imposible de resolver el intrincado puzzle de declaraciones, imputaciones, contradeclaraciones, abogados, filtraciones y deterioro de cualquier viso de rearme moral que conduce a un desierto electoral. En «El Gran Debate», que todavía se emite con Jordi González al frente, se vio claro como el argumentario se va quedando obsoleto, especialmente cuando son voces internas las que lanzan la duda sospechosa.
Los dos programas siguen llevando contenidos paralelos. Creo que el espionaje industrial hizo que se hablara de uno u otro en cada canal para no coincidir. Una sesión doble con posturas perfectamente definidas. En La Sexta, ojo, los de la extrema derecha se muestran más sueltos. Y Paco Marhuenda, no se cansa de hacer el ridículo.