Otra derrota en la primera jornada
Persiste el maleficio inaugural
La escuadra navarra dilapidó el partido en el tramo final de la primera parte con dos errores de tensión defensiva que le costaron muy caros. Con más corazón que cabeza, los de Mendilibar lo intentaron en la segunda mitad, en la que Andrés Fernández paró un penalti.
OSASUNA 1
GRANADA 2
Natxo MATXIN
Ocho años consecutivos para no cambiar la dinámica. Osasuna no sabe lo que es ganar en su debut liguero y, lo peor en el día de ayer, es que tampoco supo rescatar un punto. Dos malos balances defensivos en el último tramo de la primera parte le condenaron a una derrota ante un Granada que se está acostumbrando a mojarle la oreja en El Sadar. Si esto no cambia mucho, apunta a que habrá que ir pensando en sacar de nuevo el desfibrilador.
Pese a todo, se notó en el inicio del envite que había ganas de fútbol. Unas gradas poco pobladas, pero intensas a la hora de animar, engancharon al equipo en los primeros compases. Hasta daba la impresión que los de Mendilibar querían combinar con criterio. Puro espejismo, que comenzó con minutos ilusionantes, pero fue derivando en una línea plana ya conocida.
La alineación en punta de Ariel Núñez, sin la compañía de Oriol Riera, que se quedó en el banco, obligaba a rasear el balón y ahí los rojillos lo intentaron, pero les duró tanto como que el Granada consiguió asentarse sobre el verde.
En ese intervalo esperanzador, Osasuna, por mediación de Cejudo y De las Cuevas, buscó la portería del exrojillo Roberto. El cordobés con un disparo lejano que detuvo sin problemas el guardameta gallego y el alicantino mediante un remate de cabeza con mucha intención, buscando el poste, pero que se marchó fuera por varios centímetros.
El rival, poco a poco, fue metiéndose en el encuentro, moviendo el cuero con más calidad y criterio, aunque para esos instantes sin llevar un peligro serio a las inmediaciones de Andrés Fernández. En esa clara cuesta abajo, la escuadra local se fue complicando la vida: Raoul Loé vio una amarilla y Loties cometió penalti por mano dentro del área que el árbitro no pitó.
No hacía falta ser muy espabilado para darse cuenta de que la dinámica había cambiado considerablemente y que, en cualquier momento, el Granada iba a dar su zarpazo. Llegó en el último tramo de la primera parte y por partida doble. Ambos por claros fallos de concentración de los anfitriones.
En el 0-1, De las Cuevas permitió que Nyom corretease a su gusto por la banda derecha, con la consiguiente situación de inferioridad para Joan Oriol, que no pudo evitar que el lateral granadino sirviese a placer a El Arabi, al que solo le bastó empujarla en boca de gol.
Intento de remontada
El remate final lo puso Yebda ocho minutos más tarde. Un corner botado por Dani Benítez, con hasta ocho rojillos defendiendo en su propia área, fue rematado a placer por el franco-argelino, ante la pasividad de Loties y Raoul Loé, que se encontraban en dicha zona y ni siquiera saltaron. De los aplausos y vítores iniciales, la hinchada pasó a los pitos cuando el once local se marchó a vestuarios.
Para salir del agujero en el que se había metido, Osasuna necesitaba una reacción rápida, algo así como un gol en el primer cuarto de hora de la reanudación. Parecía complicado, pero no imposible, con un Grana- da que ya jugaba a placer en cada contra. La entrada de Oier y, sobre todo, la de Sisi, revolucionó el ataque navarro hasta el punto que elló motivó estrenarse en la 2013-14.
Una entrada del albaceteño por la izquierda permitió, tras despeje de la defensa andaluza, rememorar no tan lejanos momentos de gloria, con un Patxi Puñal que volvió a estar certero al borde del área para anotar el 1-2. La remontada era posible y la ilusión regresaba, al menos, para rescatar un punto.
En el más difícil todavía, los anfitriones aún tuvieron que pasar por otro trago amargo. Un penalti rozando el absurdo de Joan Oriol pudo finiquitar el choque con carácter definitivo. Ahí emergió la figura de Andrés Fernández para desviar la pena máxima a todo un especialista como Piti. La esperanza permanecia intacta.
Mendilibar sacó más madera a la desesperada. Oriol Riera, que ofreció cualidades de delantero mayores que Ariel Núñez, saltó al césped para apretar todavía más al Granada. Pero la cosa no dio para más. Apenas un corner sin rematadores y poco más. La escuadra navarra sigue sin saber cómo comenzar bien una temporada.
Para el técnico rojillo, José Luis Mendilibar, el choque contra el Granada tuvo dos fases diametralmente opuestas, en consonancia con ambos periodos. Así, en el primer tiempo, lo vio «descafeinado, ni chicha ni limoná, aunque tampoco es que el Granada hubiera hecho méritos como para irse con dos goles de ventaja».
En el segundo, el panorama varió, al menos en cuanto a actitud. «Le hemos metido más ánimo e intensidad, pero ya la desventaja era considerable. Tenemos que competir mejor desde el principio, ellos han sido más hombres que nosotros en las disputas, hemos estado siempre por detrás. Forzamos en la segunda parte, pero ya todo estaba muy cuesta arriba», analizó.
Aunque no es un técnico al que le guste individualizar, tuvo que reconocer que la entrada de Oier y Sisi le dio otro aire a su equipo. «Han enredado para que el contrario no jugase con tanta tranquilidad como lo ha hecho en el primer tiempo. Ambos nos han dado cosas, pero nos falta ser más valientes para estar varios metros por delante, a veces estamos en zonas intermedias y eso requiere un esfuerzo extra que nos pasa factura», explicó.
No tuvo pelos en la lengua, respecto a la que significa empezar con derrota la temporada. «Es muy mal comienzo, queríamos empezar más tranquilos, al menos espero que esto nos sirva para ver el contraste de estar en una situación u otra».
La cara alegre la puso el preparador granadino Lucas Alcaraz, que salió muy satisfecho de la labor de sus hombres. «Es para estar contento por la respuesta competitiva que han tenido, sobre todo por los muchos avatares sufridos semanas atrás. Se ha demostrado que fue una apuesta acertada jugar muchos partidos en pretemporada», dijo. N.M.
Las cuatro incorporaciones que realizó Osasuna este mercado veraniego debutaron en Primera, tres de ellas de inicio -Loties, Joan Oriol y Ariel Núñez-, aunque ninguna destacó especialmente. Oriol Riera entró desde el banquillo para disputar la última media hora del encuentro y apuntó maneras de buen delantero.
Quizás si la escuadra navarra hubiese sacado un resultado positivo, el plan previsto por Mendilibar habría sido diferente, pero lo cierto es que la plantilla rojilla no dispondrá de descanso semanal. Hasta la disputa del derbi del próximo viernes, los jugadores del club rojillo deberán realizar cuatro sesiones, todas ellas a las 10.00.