Raimundo Fitero
Wingfly
Pero uno de esos personajes televisivos con larga trayectoria en TVE que se han ido creando su fama de intrépidos al practicar todo tipo de deportes de riesgo, Álvaro Bultó acaba de morir en los Alpes suizos practicando wingfly, que es nada menos que colocarse un vestido muy especial que hace las veces de un paracaídas pero que permite planear y dirigir la caída. Yo lo he visto promocionando este deporte en un programa televisivo. Se suben a altas montañas, se lanzan y aparecen a unos buenos kilómetros. Es algo parecido al parapente, pero sin artilugio, es la funda la que te proporciona la sensación de alas.
En la inauguración de los juegos olímpicos de Londres tuvo protagonismo uno de estos saltadores que llegó al estadio volando. Pues bien, ese especialista ha muerto practicando este deporte hace unas semanas. Y nos cuentan que en los últimos veinte días se tiene conocimiento de seis muertes. Y un poco más, que cada año mueren una media de veinte practicantes. Por lo tanto, es un deporte de riesgo realmente cualificado. Con estas estadísticas, fácil que sea uno de los de más alto riesgo de muerte, porque me imagino que estos trajes serán caros, y que no serán muchos los federados, o los simples practicantes. ¿Qué se requiere para practicarlo? Pues ese hombre de una familia de abolengo, fabricantes de las motos Bultaco y las Montesa, tuvo su última aparición televisiva saltando al agua en el programa de Antena 3, «Splash». La cosa es volar.