A la hora de salir de fiesta, los hay quienes escogen sus mejores prendas y quienes optan por sus ropas más prácticas y versátiles. En Bilbo, son los comparseros los que más horas de Aste Nagusia suelen acumular y, además de una elección estética y colorista, sus características blusas son una de las opciones más socorridas cuando los excesos se acumulan. El verano pelotazale también se está alargando y en la final del Torneo de Bilbo, con muchos esfuerzos acumulados, terminó imponiéndose el juego más práctico de Aimar Olaizola y Abel Barriola, que fue nombrado como el mejor pelotari de esta feria bilbotarra.

En una final de 857 pelotazos, más habitual en un partido de campeonato invernal que de un festival veraniego, seguro que hubo quien, estéticamente, se quedó con cualquiera de los cuatro tantos consecutivos que Xala se apuntó del 9-4 al 9-8, cuatro tantos preciosos obtenidos con magníficas finalizaciones, pero a la hora del balance final, la sobriedad de sus rivales terminó sumando más.

Y es que, quizá sus argumentos no resultaran tan vistosos, pero los colorados supieron hacer mejor uso de ellos. En un comienzo de partido algo errático por ambos bandos, Abel Barriola consiguió lo que grandes pegadores no han podido conseguir en todo el verano, buscarle las cosquillas a Mikel Beroiz.

Sin grandes pelotazos, el zaguero de Leitza arrimó muchísima pelota a pared izquierda y por ahí llegaron las primeras ventajas de la pareja colorada. Sin embargo, Xala estaba con ganas y, a poco que Beroiz fue centrándose, enseguida se arrimaron a sus rivales, con el de Lekuine de tiros largos.

Aimar, con lo mínimo

Sin embargo, mientras los azules tuvieron que trabajar muchísimo cada uno de sus tantos, Aimar Olaizola apenas necesitó dos para, a base del saque-remate, volver a estirar el marcador otra vez a su favor.

No obstante, Xala-Beroiz estaban empeñados en vender muy cara su derrota en esta feria y volvieron a engancharse al partido, colocándose a un solo tanto en el 16-15, dando una gran sensación de poderío y cuestionando el triunfo de los favoritos de la cátedra, que se habían volcado con los colorados de inicio, con momios de doble a sencillo a su favor.

Pero en toda juerga suele haber un momento clave, un instante para decidir recogerte a casa o asumir que la cosa se va a alargar más de lo saludable, y en la final de ayer llegó en el 18-15, un tanto larguísimo de 191 pelotazos, que se fue en un fallo de Mikel Beroiz de zurda y donde se esfumaron todas las opciones de Xala y el de Uharte.