El numerito provocador de la cantante norteamericana Miley Cyrus en los premios Video Music Awards de la MTV del pasado domingo continuaba ayer siendo motivo de escándalo en su país, donde incluso la organización conservadora Parents Television Council pidió que «rodaran cabezas».

A sus 20 años, la antigua Hannah Montana decidió enterrar para siempre su imagen dulce de estrella de Disney, en una interpretación de los temas «We Can't Stop» y «Blurred Lines» escenificada con escasa ropa, gesto desafiante y una lengua que parecía no entrarle en la boca. Su espectáculo evidentemente sexual dejó boquiabiertos a muchos espectadores, incluidos a los hijos del actor Will Smith, tal y como se pudo ver en la ceremonia, que no daban crédito a la radical transformación de quien fuera ídolo de niños hasta hace tan solo dos años.

Hubo protestas de todo tipo, un presentador incluso le acusó de estar «perturbada» y MTV declinó hacer comentarios sobre la controversia que fue uno de los temas que más está dando qué hablar en las redes sociales.