TAMBORES DE GUERRA EN SIRIA
«Estamos preparados y solo falta que Obama tome la decisión»
La suerte está echada y las prisas de las potencias occidentales por atacar al Ejército sirio evidencian que lo de las armas químicas, más allá de la veracidad o no de su uso, no es sino la excusa «perfecta». Un ataque inminente, quirúrgico y de corta duración no hará sino eternizar la actual sangría que sufre Siria. Si la ofensiva fuera general, por voluntad de los atacantes o por circunstancias sobrevenidas, el incendio de Siria podría extenderse al conjunto de la región.
Dabid LAZKANOITURBURU
El Ejército estadounidense «está preparado» a la espera de la orden del presidente, Barack Obama, para atacar al Gobierno sirio. «Hemos desplazado efectivos a la zona para ser capaces de responder a cualquier opción que decida el presidente», afirmó el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, a la cadena BBC.
EEUU cuenta ya con cuatro destructores en el Mediterráneo dotados con misiles Tomahawk y podía disponer de las bases aéreas turcas de Izmir e Incirlik. Todo ello sin olvidar a los navíos del 26 cuerpo expedicionario de Marines fondeado en un puerto de los Emiratos Árabes Unidos, y del portaviones Truman en el Índico.
Washington retrasó ayer sine die una reunión bilateral con Rusia prevista la semana próxima sobre la organización de una reunión internacional sobre Siria en Ginebra. El Ministerio ruso de Exteriores mostró su «seria decepción» e insistió en que convocar una conferencia de paz «es ahora lo más urgente».
No parece que esa sea la prioridad de Washington, que seguía contactando con su núcleo duro de aliados. El ataque se da por hecho e incluso hay quien le pone fecha. La cadena NBC citó a varios funcionarios de la Casa Blanca para anunciar que los primeros misiles caerán sobre Siria mañana jueves. Todo apunta a que la señal llegará con la salida del país de la misión de la ONU que llegó a Damasco a investigar las acusaciones de uso de armas químicas. Otras fuentes aseguraban que antes Obama deberá evacuar la oportuna consulta al Congreso y completar un informe unilateral de inteligencia que EEUU ya ha adelantado da por probado el ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto y su autoría.
Casualmente, el primer ministro David Cameron, que ha adelantado su regreso de vacaciones, anunció que convocará de urgencia a la Cámara de los Comunes para el mismo jueves pero adelantó que el ataque «será proporcionado. No se trata de intervenir en una guerra...».
«The Guardian» citó a testigos que afirman haber visto varios aviones militares de transporte C-130 y cazas de combate en la base militar de la Royal Air Force en Chipre, a menos de 200 kilómetros de territorio sirio. La actividad en la zona ha sido mucho mayor de la habitual en las últimas 48 horas. Expertos anticipan que Gran Bretaña podría movilizar además un submarino con capacidad para lanzar misiles de crucero, lo que sería su principal aportación al ataque. Cuenta con un portahelicópteros y dos fragatas en el Mediterráneo.
Francia «no eludirá sus responsabilidades», señaló una fuente diplomática horas antes de que el presidente galo, François Hollande, ofreciera una conferencia a los embajadores franceses en el mundo.
«Todo se juega esta semana», confesó Hollande. «Se dejará un poco de tiempo al proceso diplomático, pero no demasiado», auguró, mientras fuentes del Elíseo daban pistas sobre la manera como la «coalición agresora» sorteará la imposibilidad de lograr el aval del Consejo de Seguridad de la ONU (donde Rusia y China tienen poder de veto).
EEUU, Gran Bretaña y el Estado francés invocarían la noción de «responsabilidad de proteger a poblaciones contra crímenes de guerra o contra la humanidad», noción heredera del «derecho a la ingerencia» y que fue arguida en Kosovo en 1999. Los aliados barajaban asimismo la posibilidad de invocar la Convención sobre la Prohibición de Armas Químicas, un tratado internacional de desarme en vigor desde 1997 pero que, y no es baladí, Siria no ha suscrito.
El Ejército francés cuenta con submarinos de ataque con misiles de crucero y fragatas portahelicópteros en el Mediterráneo. Dispone asimismo de aviones Rafale en Abu Dhabi (Golfo Pérsico) y de Mirages 2000 en Djibuti, pero los expertos avanzan que su misión sería suplementaria a la de EEUU.
Ataque «disuasorio de castigo»
La prensa estadounidense y británica coincidían en augurar un ataque de alcance y duración limitados (dos o tres días) con el fin de castigar al Gobierno de Bashar al-Assad y disuadirle de que «vuelva a usar armas químicas». La plataforma de ataque sería el mar o cazabombarderos de largo alcance -Jordania, que acoge una reunión secreta de dos días de los ejércitos de las grandes potencias occidentales y sus aliados en la región desmintió ayer que su territorio vaya a servir de rampa de lanzamiento para un ataque-.
Siempre según estas fuentes, los objetivos del ataque -que no estarían vinculados al arsenal químico sirio- podrían ser la Cuarta División Blindada y la Guardia Republicana.
La oposición siria en el exilio (CNFROS) fue informada el lunes en Estambul de la inminencia de un ataque y estaría señalando ya objetivos a atacar, como aeropuertos, depósitos de armas y bases militares sirias.
La misión de expertos de la oNU canceló su visita por segundo día a la zona de Ghuta por temor por su seguridad. El Gobierno sirio responsabilizó de ello a los rebeldes y sus «disensiones internas». Estos últimos negaron la mayor y acusaron a Damasco de meter miedo a los observadores.
Mientras EEUU insistía en que «cualquier reflexión lógica» lleva a la convicción de que Damasco usó armas químicas y prometía hacer público un informe esta semana, la ONU le instó a que, si tiene pruebas, las comparta con la misión en Siria.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció una respuesta «violenta» en caso de ataque de represalia de Damasco. Mientras, las ventas de máscaras de gas en Israel se han cuadruplicado en los últimos días.
Un avión ruso aterrizó ayer en Lattaquia, en el oeste de Siria, con material humanitario y con el objetivo de repatriar a 180 ciudadanos de Rusia y de los países de la CEI (ex URSS menos los Bálticos) en plena crisis.
El ministro de Exteriores sirio, Walid Mouallem, aseguró que el Gobierno se defenderá. «Atacar a Siria no será un asunto menor. Tenemos medios de defensa que van a sorprender», anunció.
El jefe de la diplomacia de Damasco aseguró que una intervención militar «servirá a los intereses de Israel y, en segundo lugar, del Frente al-Nosra», grupo armado yihadista con lazos con Al Qaeda.
Mouallem retó a las grandes potencias occidentales «a que muestren las pruebas que aseguran tener» sobre el uso por Damasco de armas químicas y advirtió, con todo, que el ataque no afectará a su campaña militar contra los rebeldes. «Si piensan que podrán así impedir la victoria de nuestras Fuerzas Armadas yerran».
Rusia reiteró su llamamiento a la prudencia y alertó de que «los intentos de sortear el Consejo de Seguridad y de crear otra vez pretexto artificiales e infundados para una intervención militar van a provocar más sufrimiento en Siria y tendrán consecuencias catastróficas en Oriente Medio y el Norte de África».
El viceprimer ministro ruso Dimitri Rogozine fue explícito al acusar en su cuenta de Twitter a Occidente de actuar como «un mono con una granada» en el mundo musulmán. En paralelo, una fuente militar rusa auguró que una intervención occidental no será coronada con una «victoria fácil«, porque Siria dispone de sistemas de defensa antiaérea como los tierra-aire Buk M2E.
Expertos occidentales auguran que una campaña de bombardeos de castigo «no cumpliría el objetivo disuasivo anunciado» y recuerdan que los bombardeos en la década de los ochenta contra Gadafi no sirvieron a los intereses que se vendieron entonces ante la opinión pública.
Los mismos expertos, que prevén una reacción limitada de los aliados de Siria (Irán e Hizbullah) en caso de un ataque limitado, advierten de que si el objetivo fuera el derrocamiento del régimen las consecuencias serían dramáticas para toda la región. Sin olvidar además la posición de Rusia, que en el actual estado de la cuestión (todos apuntan a un ataque quirúrgico), ha señalado que «no tenemos intención de entrar en guerra con nadie».
Irán, que ha prevenido de «consecuencias no solo para Siria sino en toda la región», se limita de momento a observar cómo EEUU y sus aliados juegan con fuego y con el riesgo de verse enfangados en el avispero sirio. Pero los expertos de Oriente Medio alertan del riesgo de que una operación «medida» haga estallar una guerra regional. Y es que aunque el objetivo de EEUU sea reforzar su deteriorada imagen e incluso reforzar su posición ante Rusia y debilitar la de Damasco ante un eventual proceso negociador, las armas las carga el diablo y nadie puede descartar que la guerra siga su propia lógica.
Hizbullah ya ha advertido que el intento de derrocamiento del régimen sirio es una línea roja para el movimiento. D.L.