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Internacional

Toni rompió el gafe

El veterano Luca Toni -otro de tantos treinteañeros delanteros del Calcio- fue autor de los dos goles que dieron la victoria al ascendido Verona ante el Milan.

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Joseba VIVANCO

Cuando Luca Toni se lleva la mano a la oreja, malo para sus rivales. La culpa la tiene su hermano Andrea, que un día mientras el pequeño Luca echaba un futbolín, le agarró del brazo para dar patadas a una pelota. No tuvo problemas para entrar en las categorías inferiores del Módena, donde a los 13 años le colocaron en la delantera y así aprovechar sus largos centímetros.

No debutaría en la máxima categoría del fútbol italiano hasta los 23 años, con el Vicenza. Un año más tarde, en el Brescia, coincidiría con Pep Guardiola y Roberto Baggio. Desde entonces, tras vestir las camisetas del Palermo, Fiorentina, Roma, Genoa, Juventus, Bayern de Munich, `retirarse' al fútbol en Dubai y regresar a su `Fiore', llegó este verano al recién ascendido Hellas Verona, el club que con Briegel y Elkjaer Larsen se alzó en 1985 con el Scudetto más sorprendente, al arrebatárselo a la Juve de Platini-Rossi, el Inter de Rummenigge-Altobelli, la Roma de Conti-Falcao, la Fiorentina de los Sócrates-Passarella, el Udinese de Zico y el Nápoles de Diego Armando Maradona.

El cartel de 109 goles de Toni en Serie A eran suficiente aval para un delantero prototípico del Calcio, a pesar de sus 36 años. Campeón del Mundo y Bota de Oro en 2006, en la ciudad que inspiró a Shakespeare Luca sumó este domingo las dos dianas de la victoria de su equipo en su estreno contra nada menos que el Milan, para regocijo de sus fieles Scaligeri (los hinchas veroneses). «Los tantos se los dedico a mi mujer Martha y a mi hija Bianca -dijo el goleador-. No he querido marcar un tercero porque no tenía a quién dedicárselo», añadió entre risas, aunque quizá con el recuerdo en mente del bebé que nació muerto en junio pasado.

Fue Martha, su novia de siempre, la que convenció a Toni para que reflotara su trayectoria futbolística cuando deambulaba por divisiones inferiores mientras otros debutaban en Seria A. Jugaba en el modesto Lodigiani, sin expectativas de mejora. «Cuando le conocí era un gafe», reconoce ella.

Esta semana regresó Il bomber Toni con goles y con gol se estrenó en Italia el Apache Tévez, que ayudó a una Juventus sin brillo a deshacerse 0-1 de la Sampdoria, con Fernando Llorente entrando en el minuto 89, y gracias que el colegiado alargó el choque tres minutos. El nuevo Inter de Walter Mazzarri -fuera de Europa este curso 14 años después- superó con muchas dudas por 2-0 al Genoa, y el Napoli de Rafa Benítez es el primer líder tras derrotar por 3-0 al Bologna, con Hamsik y Callejón como mejores bastiones e Higuain en punta de ataque.

No pudo comenzar con victoria el Palermo, que cayó 0-2 ante una aceptable Roma. La Fiorentina de otro veterano cannoniere como Mario Gómez ganó también 2-0 a al Catania -con nueve argentinos en sus filas-, aunque el gol más celebrado fuera el de Giuseppe Rossi, el ex del Villarreal, que volvía a marcar desde su último tanto en 2011. Goles que esperan marque para su nuevo equipo, el Parma, Fantantonio Cassano, con permiso de otro trotamundos como Alberto Gilardino, fichado por el Genoa, o del incombustible Miroslav Klose en el Lazio.

Cerocerismo en Old Trafford

Goles son amores y sin amor se quedaron quienes asistieron expectantes al primer gran choque de trenes de la Premier League, el United de Moyes frente al Chelsea de Mourinho, actual líder, que acabó a cero, sin apenas ocasiones, con alguna merecida expulsión y un penalti no sancionado por mano de Lampard. Llevaba 82 partidos consecutivos el United sin empatar sin goles. El portugués no alineó ni a Mata -que se dice lo pretende cedido el Atlético-, ni a Torres ni a Azpilikueta. Sí jugó Rooney de inicio y, a pesar de que la hinchada Blue entonó el «Oh, Wayne Rooney, we'll see you next week», todo indica que el díscolo hijo de un instructor de boxeo y una camarera finalizará contrato este curso en Old Trafford y los de Londres se quedarán sin su pretendido fichaje.

Entretanto, los de Moyes habrían hecho una nueva oferta al Everton por Marouane Fellaini, por 23 millones, después de que hubieran rechazado una anterior de 28 por el cotizado belga y el lateral izquierdo inglés Leighton Baines, tildada de «insultante» por los Toffees.

En los Red Devils jugó su partido 300 vistiendo esa camiseta el coqueto Río Ferdinand, el quinto que alcanza dicha cifra tras Giggs, Scholes, Gary Neville y Keane. El próximo domingo los de Manchester tendrán enfrente otro hueso de los duros, rindiendo visita a Anfield para medirse a un Liverpool que volvió a ganar, 0-1, esta vez al Aston Villa. Liverpool-United, la historia de dos ciudades que se disputaban el comercio del algodón en el siglo XVIII y trasladaron esa rivalidad al balompié en 1895, cuando el Liverpool y el Newton Heath (anterior denominación del United) se vieron las caras en Anfield por primera vez, con un 7-1 local.

En 1959, Tom Williams, presidente de los Reds, contactó con el gran Bill Shankly, entrenador entonces del Huddersfield Town, para que considerara tomar las riendas de su club, por entonces en la Segunda División. Williams preguntó: «¿Le gustaría entrenar al mejor equipo del país?». Shankly respondió: «¿Cómo? ¿Se marcha Matt Busby del Manchester United?».

Pues Shankly fue al Liverpool, lo sacó de las catacumbas y desde entonces rivalizan en entorchados. Otro grande, Sir Alex Ferguson, ya lo dijo una vez, que el «auténtico gran desafío era bajarle los humos al Liverpool» y es que cuando el escocés arribó al United «el Liverpool era el rey del mambo en Inglaterra».

Quien no reverdece viejos laureles es el Arsenal, que al menos saldó su segundo partido con un 1-3, y se las verá este fin de semana con un Tottenham sin Bale, que ganó otra vez por un solitario gol, con tanto de Soldado de penalti, al Swansea. El que dio la campana fue el otro equipo galés, el Cardiff City, que le pintó la cara a todo un Manchester City, al que derrotó 3-2. «Nos merecemos estar aquí. Hemos logrado grandes números en casa, Cardiff es un fortín», defendió el exultante técnico bluebird Malky Mackay.

Cae el primer entrenador

Esta victoria histórica para los galeses apuntala en su banquillo a su entrenador, cosa que no ha sucedido con el responsable del VfB Stuttgart, que anunció el despido de su técnico, Bruno Labbadia, tras las derrotas cosechadas en las tres primeras jornadas de Bundesliga.

Las seis grandes ligas han cambiado este verano a 48 de los 114 entrenadores, el 42%, incluidos los vigentes campeones de la Bundesliga, Ligue 1, Liga, Premier, FA Cup, Liga Sagres, Champions y Europa League. En Alemania -récord de 8 expulsados en una jornada-, Guardiola sigue siendo mirado con lupa. Su Bayern -con Thiago lesionado para unos meses- volvió a ganar, 2-0, con sendos golazos de Ribery y Robben, pero este martes empató a uno en Friburgo. El Dortmund es líder por la diferencia de goles, tras vencer por 2-0 al Werder Bremen, mientras que la sorpresa agradable está siendo el Mainz.

Sorpresa era también que el PSG no ganara y lo hizo a la tercera, tras derrotar al Nantes. El conjunto de Laurent Blanc se sitúa a cuatro puntos del líder, el Olympique de Marseille, que el sábado logró su tercer triunfo en otros tantos partidos. Mientras, el Monaco no pudo pasar del empate 0-0 en casa con el Toulouse, en tanto que el Lyon, `tocado' tras la visita de la Real Sociedad, volvió a caer en casa por 0-1 ante el Stade de Reims.

Deco lo deja, Seedorf no para

En la Ligra Sagres, el Benfica consiguió sus primeros puntos, mientras que el Sporting Clube de Portugal y el Porto suman dos triunfos en dos encuentros. Pero la noticia en el fútbol luso ha sido el anuncio de la retirada de Deco, a sus 36 años. «Me gustaría continuar jugando hasta el final de la actual temporada, pero mis músculos no pueden aguantar más», dijo el ya exjugador del Fluminense. Y en Brasil, pero con las botas bien calzadas, sigue Clarence Seedorf, a sus también 36 `tacos', en el Botafogo, al que lidera.

Aprendió a hablar portugués oyendo a Roberto Carlos durante los cuatro años que compartieron vestuario en el Madrid. «Nunca he conocido a nadie que hablara tanto por teléfono», bromea el originario de Surinam, del que dicen es el más brasileño de los extranjeros de la Liga brasileña. Adaptado al arroz y los frijoles, ya piensa en su futura carrera como técnico.

A lo mejor regresa a Holanda, donde los `granjeros' -llamados así para diferenciarse de los urbanitas de Amsterdam- del PSV Eindhoven -el 31 de agosto cumplen 100 años- dejaron escapar los primeros puntos en esta Eredivisie y permiten que lidere la tabla el sorprendente PEC Zwolle, con cuatro de cuatro, que ha puesto en el mapa a esta pequeña ciudad más allá de su clásica mostaza, su peperbuskaas (queso del pimentero), las balletjes (bolitas de caramelo) y las Blauwvingerkoekjes (galletas dedos azules). Quizá estas exquisiteces sean su secreto.

Aunque, como atinó John B. Toshack sobre la cerveza, «si no se bebe después de los partidos, ¿cuando hay que beberla? ¿Antes?». Simpático cabrón, como él mismo se autodefinía...

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