Radio Kimche Mapu, antídoto radiofónico contra la invisibilidad del pueblo mapuche
La mera existencia de Kimche Mapu ya es un logro, dado que en su corta vida se ha visto obligada a enfrentarse no solo a la desidia y a la falta de ayudas públicas sino a la oposición de todos aquellos que a través de sus carteras creen poder tener el control de las ondas.
Iñaki IRIGOIEN | DONOSTIA
Gabriela Inés Llanquinao Hullipán, joven mapuche residente en Euskal Herria, explica que la juventud de su pueblo se ha visto privada de su tradición cultural y lingüística: «Vamos a la escuela y nos enseñan su religión, su lengua y su historia. Pero de nuestro pasado no nos enseñan nada».
Es en esa situación de genocidio cultural cuando surgen proyectos como Radio Kimche Mapu para dar voz a los mapuches, que no tienes cabida en los medios de comunicación tradicionales si no es para ser estigmatizados. El hecho de que el pueblo mapuche no vea la tierra en la que habita desde tiempos inmemorales como una simple fuente de recursos sino que la trate como a un ser vivo al que hay que respetar, amar y si es necesario defender, es visto en esos mismos medios de comunicación al uso como algo atrasado.
La prensa tradicional tiende, en general, a la negación y la invisibilización del pueblo mapuche. Una actitud que proviene del tiempo colonial, en el que se impusieron primero la cultura española y luego la chilena, y se hizo minimizando, negando y, finalmente, erradicando la posibilidad de que la cultura mapuche utilice este espacio público.
Recientemente tuvimos la suerte de poder oír tres visiones de la realidad audiovisual, cultural y política de Ngulu Mapu (territorio mapuche bajo administración chilena).
En los últimos años se ha intensificado la reivindicación de sus derechos colectivos, y en ese marco destaca el de la libertad de expresión y la información. En palabras de la antropóloga Elisa García Mingo, «la comunicación indígena puede ser estudiada como proceso de resistencia política y también como estrategia para favorecer la autonomía cultural. El pueblo mapuche utiliza estratégicamente los medios y no solo en el proceso de recuperación de las tierras ancestrales sino también para recuperar el respeto de su condición de pueblo indígena, que ha sido olvidada».
Radio Kimche Mapu, es una emisora muy pequeña dirigida por una mujer mapuche, Mireia Manquepillán, quien, según sus palabras, se decidió a crearla estando en su casa, cuidando a su hija con la radio como única compañía. Una emisora comercial en la que ponían música que no era de su agrado y ofrecían opiniones políticas con las que no estaba de acuerdo. Nunca se hablaba de las comunidades ni de nada que le interesara, por lo que, harta, arrancó un día el aparato y lo tiró. Dice Elisa García que «no es importante cómo de real sea el pasaje, sino su imagen de desesperación, que nos habla de la potencia que tiene para mover a un colectivo a montar una radio en la que poder contar sus intereses».
El pueblo mapuche con el uso de estos medios intenta poner fin a la violencia en la representación, un concepto este que se maneja en el mundo académico, y que describe una situación en la que un agente externo impone su manera de ser sobre la realidad de otro pueblo. De esa manera se les expropia la oportunidad de representarse a si mismos.
Estos medios permiten descubrir algo que ha permanecido tapado, que se ha enmascarado por los propios mapuche dado que sus padres y abuelos fueron discriminados, como es el caso de Gabriela. «Mi papá no me quiso enseñar el idioma porque a él lo molestaban en la escuela y en el trabajo. Porque le costaba hablar el español. Decidió no enseñármelo para que eso no ocurriera a mi», recuerda.
En este proceso de recuperación de la voz perdida, en 2012 se quiso acallar KImche Mapu por la denuncia de un particular, dueño de radios en la zona, que fue alcalde de derechas, pero «pudo haber sido de izquierdas, porque esto no solo lo hace la derecha; gobiernos que se dicen de izquierda han reprimido al pueblo mapuche desconociendo los estándares internacionales y aplicando la ley antiterrorista», indica María Pía Mata, presidenta de AMARC
El estado de Chile cuenta con un marco jurídico en materia de los derechos humanos de los pueblos indígenas, pero no lo cumple. Una ley recoge el reconocimiento, respeto y protección a las culturas indígenas e idiomas indígenas y, por otra parte, el convenio 169 de la OIT, ratificado por Chile en 2008 establece en su artículo 30 el deber del estado de utilizar las lenguas de los pueblos indígenas para dar a conocer sus derechos en los medios de comunicación. No se cumple ni en el caso de los mapuche, ni de los Rapanui, ni de los aimara...
Por otra parte son frecuentes las quejas sobre la nula cobertura que los medios hacen de sus reivindicaciones o de los abusos de los que son víctimas de parte de agentes del Estado. Un reciente estudio sobre la cobertura mediática que involucra a comunidades y asociaciones mapuche concluye que los medios hacen un uso sesgado de las fuentes informativas, privilegiando las de carácter oficial. No entregan información suficiente y plural del contexto sobre la realidad sociocultural ni tampoco sobre las raíces históricas que tienen los conflictos actuales. Ante hechos violentos registrados en las zonas aledañas a comunidades mapuche, la prensa oficial inmediatamente imputa responsabilidades y cataloga como terroristas a los detenidos mapuche. Antes de llegar al juicio ya son acusados, inculpados y condenados.
Otro factor importante es el de la criminalización de los medios independientes favorables de la causa mapuche, lo que en la práctica significa que muchas veces se inhiban de informar en procesos contra dirigentes de comunidades indígenas involucrados en las recuperaciones de tierras para evitar la persecuciones policial o judicial.
Pero no todo está perdido, ya que en Chile el Gobierno de derechas en el poder desde hace cuatro años trata de cuidar su imagen internacional; teme ser visto como pinochetista. Las radios comunitarias han tratado de sacarle partido. «Nosotros como AMARC fuimos a hablar con el ministro de comunicación. Fuimos muy directos: señor ministro a usted le va llegar un escrito por el que va a tener que responder al relator de los pueblos indígenas, y al relator por la libertad de expresión. ¿No será más conveniente que, en vez de que Mireia vaya a la cárcel por una radio `ilegal', buscar la manera de tener una frecuencia en la zona para que KImche Mapu pueda acceder?», recuerda Mata que le plantearon. Y el Ante el temor a una reprobación internacional sacaron una frecuencia a concurso. KImche Mapu fue la única que se presentó, por lo que, Mata, considera que en pocos meses debería legal.