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Josu Imanol Unanue Astoreka Activista social

Tiempos modernos

También todos sabemos que esta nueva amenaza supone más negocio para las empresas armamentísticas y ganancias para personas sin escrúpulos

Puede que en los tiempos contemporáneos todo sea distinto a como algunos malaprendimos a lo largo de la vida, que a la guerra ahora se le llame paz, que las misiones humanitarias sean argumentar a favor de los bombardeos llamados selectivos, que la acción quirúrgica ya no sea una intervención médica o lo que sea... Pero poner en duda la inteligencia de los humanos, por pocos estudios que tengamos, debería ser razón suficiente para destituir a cualquier mandatario, por más grande que se considere, por más votos que tenga a su favor, aunque sea el mismo Hitler, u Hollande, Cameron u Obama.

Será cierto que se ha gaseado, por el bando que sea, a la población civil en algún rincón de Siria. Pero no es menos cierto que durante esta nueva guerra más de 100.000 personas han sido asesinadas con armas «legales» o «éticas». Armas que circulan mas fácilmente que los alimentos o medicamentos por todo el mundo. Sin embargo, no por eso nadie se encabrita y amenaza con intervenciones militares contra este lobby que tiene como objetivo más muertes y más sufrimiento.

También sabemos todos que esta nueva amenaza supone más negocio para las empresas armamentísticas y ganancias para personas sin escrúpulos, que se encuentran más cerca de los gobernantes de los mal llamados países democráticos que de nosotros. A estas alturas, ¿alguien lo duda?

En este mundo en el que millones de seres padecen hambre o mueren por enfermedades que se podrían erradicar con solo un poco de voluntad y una porción del dinero destinado a las armas, suenan de nuevo tambores de guerra. Tambores que ya sonaron diferente en otros momentos para anunciarnos las invasiones en Irak, intervenciones en los Balcanes, Afganistán, Libia... Tambores ame- nazantes que nos hablan durante décadas del deseo de EEUU de invadir Cuba, cuando no de bloqueo, de golpes de estado como el financiado contra Allende en Chile, tambores que permitieron bombardear con napalm Vietnam... son los mismos músicos que bombardearon Hiroshima y Nagasaki y mataron a cientos de miles de japoneses. De nuevo estos criminales que ahora nos hablan además de ética y de voluntad pacifista.

Es una vergüenza oír diariamente las razones que llevan a asesinar a miles de ciudadanos en nombre de una misión de paz, potenciada por un señor tan oscuro en sus actos que llegará a pasar a la historia como otro criminal más, puesto que no es la actuación anunciada en Siria su único acto criminal. Sus decisiones diarias matan a miles de seres humanos, sin gasearlos pero de manera igual o más cruel si cabe. Para ello, se erige en representante supremo de este criminal sistema que es el capitalismo que exporta e impulsa.

También es curioso ver a ONG facilitando una información, no sé hasta que punto de manera ingenua e inconsciente, que ha sido utilizada para el fin que se denuncia aquí y sin ninguna auto- crítica. ¿Es el fin económico el que justifica este tipo de actuaciones? ¿No saben lo hábiles que son los interesados en buscar excusas? A estos y a los tertulianos y periodistas que demuestran la voluntad y deseo de más crímenes en nombre de la humanidad nadie les acusa de apología del terrorismo; sin embargo, son auténticos terroristas y se ponen, sin ninguna crítica, al servicio del poder con la propaganda criminal e intencionada que impulsan.

Mientras que media población mundial carece de lo mínimo para sobrevivir, algunos, aprovechando la circunstancia, ya negocian con el petróleo. Nos hablan de subidas de precios en el stock almacenado, también el precio de las armas sube y cotiza en bolsa. Juegan una vez más con deseos y esperanzas de ciudadanos que asombrados contemplamos que nuestra voluntad mayoritaria queda relegada a la nada.

Desde luego, la barbaridad está anunciada, se efectuará de manera televisada y con medios de comunicación que loarán la matanza legal de seres humanos, in- cluso con gráficos, artículos, cálculo de bajas, etc. Nos están bombardeando diariamente para mentalizarnos de que no hay otra vía de solución.

Así, el deseo de una sociedad justa, sin desigualdades ni guerras ni hambre es un valor totalmente ajeno a esos gobernantes y personajes que nos auguran tiempos difíciles; más difíciles seguramente si continuamos pasivos ante sus voluntades enfermas que solo quieren destruc- ción, humillación, muerte para cualquiera. Hoy se anuncia en Siria, ¿mañana? Es el gran negocio de la guerra.

Son tiempos modernos, donde la vida de los mas débiles vale un poco menos cada día, cada cohete o bomba que envíen con «mensaje disuasorio» son millones de euros que desaparecen de la esperanza de muchos que deseamos otro uso más justo de la riqueza acumulada y robada por unos pocos que nos dirigen. Pero, por favor, que no nos hablen de paz cuando quieren decir guerra. Que no se presenten como pacifistas, son criminales.

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