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Moscú elige alcalde por primera vez en diez años

Rusia celebra mañana elecciones en varias regiones, entre las que destacan los comicios a la Alcaldía de Moscú. La capital rusa es la ciudad más grande del país y una de las urbes más importantes del mundo. Sobyanin, el candidato oficial del Kremlin, se enfrenta a Navalnyi, el principal líder opositor.

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Pablo GONZÁLEZ

Por primera vez desde 2003 los moscovitas van a poder elegir mañana a su alcalde. Este cargo es considerado el tercero más importante del país, tras los de presidente y primer ministro, por el peso político y económico de la capital rusa. El alcalde en funciones y candidato respaldado por el Kremlin, Serguei Sobyanin, se enfrenta al líder opositor más popular de Rusia, Alexey Navalnyi. A parte de ellos dos, a esta cita concurren otros cuatro candidatos, aunque de un peso político claramente menor y con escasas posibilidades de pasar incluso a una eventual segunda ronda.

Moscú es, además de la capital, la mayor ciudad de Rusia, y uno de los centros político-económicos más importantes a nivel mundial. Tiene oficialmente cerca de doce millones de habitantes, aunque junto a la aglomeración en su periferia supera los 15 millones de personas. El sueldo medio en Moscú se sitúa en los 54.000 rublos (unos 1.235 euros), el doble del salario medio ruso. La capital representa algo más de la quinta parte del PIB total de Rusia, pese a suponer menos del 10% de la población total. La venta al por menor de Moscú supone cerca del 30% del total de Rusia. Y la tasa de paro en la ciudad es del 1%.

Esta prosperidad económica comporta, por otro lado, bastantes de los problemas que le preocupan a la gente. El precio medio del metro cuadrado en Moscú supera al Berlín y al de Nueva York, lo que dificulta cada vez más la adquisición de una vivienda propia. La cantidad de coches ha crecido exponencialmente desde la desintegración de la URSS, lo que provoca el colapso del tráfico en numerosas ocasiones. Pero entre todos destaca el problema de la inmigración, una preocupación para el 60% de los residentes en la ciudad. Según datos oficiales, cerca del 10% de la población moscovita es extranjera, la mayoría procedente de los países de Asia central y del Cáucaso. Algunas ONG elevan ese porcentaje al 20%.

Candidatos

Serguei Sobyanin (Nyaksimvol, 1958) es el máximo favorito. Desde que ocupó el cargo en 2010 tras la destitución de Yuri Luzhkov (1992 a 2010) ha hecho un trabajo que le ha aportado cierta popularidad en la capital rusa. Aprovechando ese prestigio, y en un intento de legitimar su presencia en la vida política, Sobyanin se ha presentado a las elecciones como candidato independiente, sin el apoyo oficial, aunque sí de facto, del partido de Putin, Rusia Unida. Para ello ha tenido que recoger la firma de 120.000 moscovitas, trámite que ha superado sin problemas aparentes.

Eso se debe a que bajo su mandato se han empezado a combatir algunos de los problemas que más preocupan en la ciudad. Los atascos, aunque siguen siendo enormes, se están reluciendo y se prevé que esta tendencia continué en los próximos años según vayan concluyendo los proyectos de mejora y ampliación de las principales vías de la capital.

Sin embargo, otros de sus logros han sido más discutidos. Se han limpiado e incluso cerrado numerosos mercados, algunos ilegales, la mayoría de cuyos comerciantes y trabajadores son inmigrantes, y ello ha intensificado en los últimos meses la caza al inmigrante «sin papeles». Aunque estas medidas son bien vistas por la mayor parte de la población, es discutible la manera con la que se realizan los controles (aleatorios y discriminatorios, según muchas ONG), sobre todo contra unos inmigrantes que tienen su nicho en el mercado laboral de Moscú ya que son una mano de obra barata y a día de hoy difícilmente sustituible.

El hecho de mayor resonancia internacional durante la gestión de Sobyanin quizás sea la continua prohibición total de los Gayparade en Moscú. Las autoridades de la capital se han embarcado, al igual que las del país, en una cruzada antihomosexual que aun siendo compartida por una parte importante de la población, les ha acarreado numerosas críticas. Las protestas se han multiplicado, pero no se prevé un cambio de postura por ahora.

Sobyanin tampoco se libra de las críticas que salpican a toda la clase política y se refieren a la participación de familiares -en su caso sus hijas- en negocios vinculados a la Administración del Estado. Así asociaciones anticorrupción han intentado sin éxito que explicara la procedencia del dinero con el que se han adquirido sus pisos de lujo en Moscú y San Petersburgo. A pesar de todo ello los sondeos dan un 60% en intención de voto a Sobyanin, que promete mantener su rumbo.

El otro gran candidatoes Alexey Navalnyi (Butyn, 1976). Este joven opositor sigue su cruzada contra los actuales inquilinos del Kremlin, contra los que publica periódicamente denuncias de corrupción, a las que ni la Policía ni la Fiscalía rusa hacen caso, contrariamente a lo que hicieron respecto a unas acusaciones por estafa contra Navalnyi. El primer juicio se anuló en 2012 al no verse indicios de delito, pero en su repetición, este año, fue condenado a cinco años de prisión. Sin embargo, en un giro de guión que puede considerarse típico de la Rusia de Putin, Navalnyi fue liberado bajo la promesa de no salir del país, y se le permitió concurrir a esta carrera electoral.

El programa de Navalnyi promete transparencia en una futura gestión de Moscú, la disminución de la corrupción y una mejora de la ciudad en todos los aspectos. Aunque hay temas en los que el aspirante no se moja, como son la inmigración o la celebración de los Gayparade, quizás porque hace años se pronunció en contra de ambas cuestiones y poco a poco ha ido variando su posición hacia una visión más liberal, sobre todo en lo que respecta a los Gayparade. Los sondeos le auguran entre el 10% y el 20% de los votos. La entrada en una hipotética segunda ronda contra Sobyanin sería el mayor éxito al que podría aspirar, según varios analistas políticos.

Las últimas elecciones se celebraron en Moscú hace diez años. En 2004, Putin suprimió los comicios de gobernadores y ciudades con estatus federal (Moscú y San Petersburgo). A partir de entonces, el Parlamento de la región le proponía candidatos al mandatario hasta que éste aceptaba a alguno. En 2012, el entonces presidente, Dmitri Medvedev, reinstauró las elecciones directas en las regiones.

No parece que estos comicios vayan a despertar demasiado interés entre los moscovitas, ya que se prevé una participación inferior al 50%. El resultado tampoco presenta incógnitas, siendo una vez más el candidato apoyado por Putin el máximo favorito al triunfo. Sin embargo, poco a poco una nueva ola política se va haciendo presente en la vida del país y en Moscú, la ciudad donde son más fuertes las ideas opositoras a Putin, se observa cómo poco a poco estos opositores van intentando consolidarse como la segunda fuerza política. Está por ver si conseguirán exportar con éxito sus ideas hacia otras regiones. Por ahora, le mantienen el pulso al Kremlin.

Para los analistas, el éxito les llegará cuando consigan pasar de ser una fuerza puramente opositora a ser una alternativa política real para la gente que vota a Vladimir Putin y a su partido Rusia Unida.

 

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