Un empate sin goles -«creo que ha sido nuestro mejor partido», apunta Iñaki Zurimendi-, una remontada y una goleada han colocado al Barakaldo entre los mejores en todos los rankings. Segundo en la clasificación, equipo más goleador (6 tantos) junto a los filiales de Las Palmas y Atlético, una de las cuatro escuadras que todavía no conocen la derrota... Y la sensación de que el equipo todavía tiene mucho más que ofrecer.

«Es que todavía somos un equipo en construcción, como todos los demás», explica su técnico. De ahí que, pese a reconocer que «estamos muy contentos», recuerde que «esto no ha hecho más que empezar. Hasta dentro de un par de meses no se verá por dónde puede ir cada equipo. Los buenos resultados te refuerzan en tu trabajo y las estadísticas están muy bien, pero con tan pocos partidos jugados, un buen o un mal resultado te da un vuelco a los números. Todavía estamos en construcción», insiste.

Una tarea en la que, de todos modos, el Barakaldo debe invertir menos esfuerzo que la mayoría de sus rivales. Tras su gran papel en la pasada temporada, el club fabril ha apostado por la continuidad. Y eso «puede influir en el arranque, porque son gente con la que el trabajo ya está hecho, que creció mucho el año pasado y que ofreció un gran rendimiento. Esa base se ha mantenido y se han añadido jugadores en puestos en los que teníamos necesidades».

Así se ha construído un equipo «con mucha ilusión», pero con un objetivo más terrenal. «Seguir creciendo día a día y entendiendo que haciendo las cosas bien vamos a ser un equipo duro de batir. Tenemos que entender que la línea del año pasado es muy difícil de mantener. Por lo menos fuera de casa, porque conseguimos números que al menos yo no había logrado nunca, ni siquiera las temporadas en las que he celebrado ascensos. Pero también es cierto que eso lo podremos contrarrestar mejorando nuestras prestaciones en casa. El listón está muy alto pero nosotros trabajamos para superarlo día a día», asegura convencido Zurimendi.

Más calidad

Claro que la altura de ese listón no solo depende de uno mismo. Los rivales tienen algo que decir y, con la nueva organización de la categoría, el entrenador vizcaino cree que los suyos han ganado en calidad respecto a la pasada campaña. «Yo creo que hay más calidad, mejores futbolistas. En ese sentido creo que el nivel del grupo ha subido, aunque en el caso de los madrileños, por lo menos los partidos que hemos jugado nosotros -advierte-, me da la sensación de que son mejores equipos atacando que defendiendo. Y en el caso de los filiales sí que ha habido un salto de calidad, solo faltan los de Villarreal y Barcelona para que estén todos los mejores en este grupo».

Un cambio que no implica «que sea más difícil. Este año veo más calidad, pero el año pasado veía mucha competitividad y más intensidad. Y además hubo dos o tres equipos que estuvieron muy por encima de los demás. De hecho, dos ascendieron y los otros dos hicieron un play-off muy bueno. Habrá que ver qué pasa este año».

Un año que los fabriles afrontan con doble «ilusión» gracias a la Copa, de la que mañana disputan la segunda ronda. Desgasta, sobre todo por el viaje -al Barakaldo le espera hoy un largo desplazamiento por carretera hasta Xátiva, de donde regresa mañana tras el encuentro-, pero que también tiene «consecuencias positivas. Entre las dos competiciones todos los jugadores van a tener minutos y la oportunidad de reivindicarse».

Pero sobre todo, claro está, «la oportunidad que ofrece este torneo», en forma de rival de campanillas, para quienes superan las maratonianas fases previas. «Nos haría muchísima ilusión, sobre todo por la afición. Lo afrontamos con esas ganas».