Mikel INSAUSTI

No entiendo las dudas existenciales de los que tienen miedo a reconocer que «Tú eres el siguiente» es una absoluta obra maestra del cine de terror. Es como un tesoro que ha estado guardado celosamente durante dos años, porque los encargados de exponerlo al público sabían que películas como esa no se ven todos los días. Han hecho muy bien, a pesar de que siempre habrá algún iluminado que diga que no responde a las expectativas creadas, y que no pasa de ser un mero entretenimiento. Luego estamos los que no sabemos distinguir el cine de autor del que no lo es, sin darnos cuenta de las razones por las cuáles «Celebración» de Thomas Vinterberg es el no va más de la disección de la familia burguesa y la peliculita de Adam Wingard no pasa de ser una broma calenturienta acerca de las tendencias parricidas.

Pero Wingard viene a recordarnos, por si se nos había olvidado ya, que las revoluciones dentro del cine de género todavía son posibles. Matar al padre o a la madre, que para el caso da igual, es acabar de un tajo con todas las imposiciones y convencionalismos establecidos. Cuando el CD con la canción «Looking for Magic» de los setenteros Dwight Twilley se atasca entrando en un repetitivo bucle, hay detrás un malicioso cineasta que se está riendo de todos los colegas de profesión que se han limitado durante años a mantener unos códigos genéricos inalterables como si fueran las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés.

Alabado sea Wingard, que nos libera de tan larga condena, haciendo que las víctimas se resistan a convertirse en descerebrada carnaza para regocijo de asesinos sádicos. Le ha concedido a su musa y reina del grito Sharni Vinson el poder del auténtico survival, antaño reservado a los hombres, a fin de aplicarlo como respuesta a la ya cargante moda de la invasión doméstica. Ella exhibe vitalidad, destreza y, lo más importante, inteligencia. La clave para salir airosa de la situación extrema en la que se ve envuelta consiste en descubrir los planes del enemigo y su verdadera naturaleza, con la ayuda de una banda sonora inspirada en John Carpenter que remite a «Asalto a la comisaría del Distrito 13» y a «Río Bravo».