Bogotá pretende iniciar conversaciones con el ELN en los «próximos días»
El Gobierno colombiano anunció ayer que espera iniciar conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional en los «próximos días», mientras retomaba en La Habana el diálogo con las FARC en medio de fuertes críticas de la guerrilla contra la última remodelación ministerial.
GARA | BOGOTÁ
El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, dijo ayer que el Gobierno pretende iniciar conversaciones de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en los «próximos días», y que no será en Cuba, donde precisamente ayer se el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) retomaron el diálogo con críticas de la insurgencia a dos de los cinco cambios ministeriales anunciados por el presidente, Juan Manuel Santos, la semana pasada.
Garzón señaló que el Ejecutivo ya «ha tomado la decisión» de conversar con el ELN, aunque no dio detalles de cuál será el país que podría acoger la mesa de diálogo. Medios locales difundieron la hipótesis de que Uruguay podría ser la sede para llevar adelante este proceso con la segunda guerrilla del país, que según datos gubernamentales cuenta con 1.500 combatientes.
Mientras tanto en La Habana, en un comunicado leído por el guerrillero Pablo Catatumbo en La Habana, las FARC criticaron el nombramiento del empresario Rubén Darío Lizarralde como nuevo ministro de Agricultura y la ratificación del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
La guerrilla consideró que el Ministerio de Agricultura tiene «ahora que soportar sin necesidad la presencia de un protagonista y representante del círculo de latifundistas que han acumulado tierras baldías mediante trucos y simulaciones jurídicas». Además, cuestionó que Lizarralde sea el «ministro adecuado» para resolver los problemas del campesinado colombiano.
Se preguntó qué garantías puede ofrecer para la reforma agraria «un ministro que se ha opuesto encarnizadamente a las zonas de reserva campesina».
La guerrilla afirmó, asimismo, que el Gobierno no puede seguir «postergando las soluciones para los de abajo mientras se incrementan los gastos de guerra y se ratifica como ministro de la Defensa a Juan Carlos Pinzón», en el cargo desde agosto de 2011. Tildó al titular de Defensa de «parlanchín que sataniza la protesta y ordena al Ejército su aplastamiento a sangre y fuego». «Los problemas que tienen inconforme al pueblo más humilde, y reclamando justicia en las calles, no pueden ser enfrentados con medidas de represión militarista», dijo.
Las FARC recordaron que ahora se debate sobre las garantías de oposición política para los guerrilleros tras un eventual acuerdo de paz -el segundo de los cinco puntos de la agenda- y agregaron que «a la insurgencia se le pide confiar en el Gobierno, y proceder a cambiar las armas por las urnas electorales (...) mientras se dispara contra el pueblo inerme utilizando al escuadrón asesino del Esmad».
Momento de tomar decisiones
La delegación gubernamental en las conversaciones con las FARC no quiso hacer declaraciones ayer en La Habana, pero su jefe negociador, Humberto de la Calle, indicó la víspera que «hemos tocado los puntos más importantes, más críticos, y nuestra intención es reanudar mañana -por ayer- las conversaciones con un impulso a fondo. Yo creo que está llegando el momento de tomar decisiones», subrayó.
En respuesta a las acusaciones de los sectores más críticos con el diálogo, De la Calle señaló que «estamos en La Habana para poner fin al conflicto, no para ayudar al terrorismo».
«Realmente tenemos la expectativa de que llegue el momento de poner fin a esta confrontación. Este es el propósito, para lograr una sociedad más segura, más democrática», insistió antes de partir hacia La Habana.