acuerdo económico, institucional y social
PNV y PSE retoman su colaboración de gobierno con un pacto que va lejos
Afecta a pilares de la política institucional, se prolonga hasta 2016 y su plasmación atañe al Ejecutivo de Lakua, diputaciones y municipios
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
PNV y PSE cerraron ayer uno de los acuerdos políticos más ambiciosos que se conocen en las últimas décadas en la CAV. Ambas partes afirman que ni es un pacto de gobierno ni de legislatura. En realidad, cabe decir que es mucho más. Dadas las materias abordadas -fiscalidad, empleo e infraestructuras, arquitectura institucional y bienestar social-, y visto que los compromisos adquiridos afectan a distintos niveles institucionales y que ambas partes han convenido que cualquier acercamiento a terceros debe hacerse por mutuo acuerdo, nos encontramos ante un documento que si se acomete en serio no solo garantiza un eje de estabilidad para el Gobierno de Urkullu, sino que abre camino para la futura cooperación en otras instituciones.
Cuando en un mismo texto se habla de un plan de reactivación económica hasta 2016, la reforma de la LTH, el tren en Donostialdea y la Cartera de Servicios Sociales se está fijando un plan de futuro para toda una comunidad, que abarca asegurar y estabilizar todas sus instituciones de gobierno, sean autonómicas, municipales y forales.
En ese sentido, si este acuerdo se llevara adelante en todo su contenido, aunque formalmente no hubiera una coalición estaríamos volviendo al modelo de pacto PNV-PSE de los tiempos de José Antonio Ardanza, que no solo tuvo incidencia en el Ejecutivo autonómico, sino también en las diputaciones y los principales municipios. Es decir, sería prácticamente como volver a la entente rota tras el Acuerdo de Lizarra y los gobiernos de Ibarretxe.
Demasiado bonito para el PSE
Sin embargo, hay un factor que hace dudar sobre el verdadero alcance de este acuerdo y, por ello, en los párrafos anteriores se incluía por dos veces la prevención de si este texto va a desarrollarse hasta el final «en serio». Ese factor de duda consiste en que el documento resultante -a falta de conocer los dos anexos con sus concreciones numéricas- hace muchas concesiones al PSE.
En realidad, el documento hecho público ayer recoge la mayor parte de las propuestas de las «Bases para alcanzar acuerdos de país en beneficio de la ciudadanía vasca», presentado por el PSE el 3 de junio. Hasta el punto de que esa misma expresión se introduce en el texto.
Es decir, este pacto es demasiado bonito para el PSE. Y ello invita a pensar que si el PNV ha decidido ceder tanto en este momento puede ser porque su objetivo real consiste en atar a la formación de Patxi López para conseguir su apoyo a los presupuestos autonómicos de 2014 que han de negociarse de aquí a fin de año. Y, salvado ese escollo, matizar y reconducir aquellos extremos recogidos en este acuerdo que según demuestra la historia nunca han sido del gusto del PNV, como pueden ser la revisión a fondo de la LTH o la interconexión de las diferentes haciendas forales en tiempo real para facilitar el control del fraude y la elusión fiscal.
Firma con el lehendakari
El preacuerdo entre PNV y PSE se oficializó con una reunión entre sus comisiones políticas en el Parlamento de Gasteiz y cierra varios meses de negociaciones. Junto al texto dado a conocer ayer se incluyen dos anexos en los que se concretan la reforma fiscal y el plan de reactivación económica y empleo 2014-2016. Toda la documentación se rubricará el próximo lunes con la presencia de los máximos representantes de cada formación y el lehendakari, por lo que atañe a Lakua.
En mayo el PNV se reunió inicialmente con todos los partidos, pero siguió adelante con el PSE. Ahora sostiene que el acuerdo está abierto a otros grupos y, de hecho, algunas de sus partes -como la reforma fiscal- exigen de más apoyos en las JJGG de Araba y de Gipuzkoa.
En las comparecencias posteriores, Joseba Egibar destacó que el acuerdo supone el desbloqueo de algunos de los nudos de la política vasca e Idoia Mendia destacó la mejoría del clima, pero aseguró que el PSE seguirá haciendo oposición. El lehendakari, Iñigo Urkullu, dijo querer extender la estabilidad a todas las instituciones gobernadas en minoría.
El portavoz del PP en el Parlamento de Gasteiz, Borja Sémper, aseguró que el pacto alcanzado entre PNV y PSE no garantiza la estabilidad y criticó que se hayan empeñado en «estrechar» a dos un acuerdo que podría haber sido «más amplio». Sostuvo que además será difícil de materializar en Araba y Gipuzkoa.
El Parlamento de Gasteiz fijará las líneas básicas de la fiscalidad, y PNV y PSE se compromenten a defender lo acordado en las JJGG de cada territorio. Además, se acentuará la labor armonizadora de la Cámara autonómica.
El compromiso de reformar la LTH sería noticia si el PNV no lo hubiera incluido como concesión a EA en todos los programas de gobierno de Ibarretxe.