Coreografía o no, una propuesta con potencial para cambiar el juego de la guerra en Siria
Aunque no haya prueba alguna de que la respuesta que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dio ayer en una rueda de prensa en Londres sea la búsqueda de un acuerdo político a la crisis de las armas químicas de Siria, la cadena de reacciones que suscitó indica que no fue algo retórico y casual. Kerry dijo que si Al-Assad quiere evitar la guerra, debería poner bajo control internacional e inutilizar su arsenal de armas químicas para después destruirlas. Inmediatamente, Rusia dio la bienvenida al anuncio, la ONU animó a ponerlo en marcha y el gobierno sirio dio a entender que lo acepta. ¿Pura coreografía? Quizá sea aventurado afirmar que sea un punto de acuerdo para parar la guerra, máxime cuando más allá de la legislación internacional Obama ha puesto en escena el orgullo de EEUU y su credibilidad. Pero puede decirse que esta propuesta supone un antes y un después.
Ante una hipotética derrota en la Cámara de Representantes de Obama, supone una percha a la que puede recurrir. Al-Assad podría jugar con los inspectores de la ONU, el fantasma de Irak está ahí. Quizá sea expresar un deseo, pero esa propuesta sí tiene potencial de cambiar el juego.