«Leiza es Navarra y Navarra es España y la Guardia Civil seguirá estando en Leiza por mal que les pese a algunos», proclamó el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, a las puertas del cuartel de Maxurrenea. Estas palabras sirvieron de introducción al ministro para anunciar que a partir del 1 octubre se prolongará durante diez años más el contrato de cesión con el Gobierno navarro para permitir a la Guardia Civil seguir ocupando Maxurrenea.

Fernández Díaz hizo este anuncio rodeado de la delegada del Gobierno español en Nafarroa, Carmen Alba; del director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, y de mandos del instituto armado. Sin embargo, no estuvo presente ningún representante del Ejecutivo navarro, que es el titular de Maxurrenea.

Este edificio fue entregado en herencia al Gobierno para que lo dedicase a actividades sociales o culturales en beneficio de los vecinos de Leitza. Sin embargo, bajo la presidencia de Miguel Sanz, el Ejecutivo de UPN decidió entregarlo en 2002 por diez años a la Guardia Civil.

Según dijo ayer Fernández Díaz, el Gabinete de Barcina ha decidido prorrogar esta cesión durante diez años más.

UPN, por tanto, ha vuelto a hacer caso omiso a las resoluciones del Parlamento navarro, que en junio aprobó con los votos a favor de PSN, Bildu, Aralar-NaBai, I-E y Geroa Bai, que Maxurrenea se emplee para los usos que se especificaban en la cesión por herencia, las actividades sociales y culturales. UPN y PP se abstuvieron en esta votación.

Por todo ello, Bildu consideró una provocación la visita de Fernández Díaz a Maxurrenea y presentó en el Parlamento una pregunta para que el Gobierno navarro informe sobre las acciones que está llevando a cabo para que el edificio vuelva al uso que le corresponde. Parece ser que Fernández Díaz ejerció ayer de portavoz del Gobierno navarro y respondió a Bildu.

El alcalde de Leitza, Oier Eizmendi, también calificó de provocación la visita del ministro a Maxurrenea y reclamó a Madrid que apueste de una vez por las vías de resolución del conflicto en lugar de mantener la presencia del instituto armado en una localidad donde los vecinos no la desean. Las numerosas pancartas con el lema «Maxurrenea herrintzat» que se veían ayer en Leitza o los pasquines que proclamaban que el ministro no era bienvenido lo confirmaban.

Eizmendi realizó estas declaraciones tras la asamblea popular que tuvo lugar en la Plaza de Leitza para protestar por la visita del ministro. Los asistentes decidieron acercarse en manifestación hasta Maxurrenea para reclamar que este edificio sea para uso del pueblo y no de la Guardia Civil.

Sin embargo, los agentes del instituto armado les impidieron avanzar. Como consecuencia, los vecinos se dividieron en grupos de 19 para reclamar el uso de Maxurrenea en varios puntos de Leitza.

«Maxurrenea herrintzat» o «Alde hemendik, utzi pakean» eran las consignas que corearon los congregados, que denunciaban, también el gran despliegue policial que sufrió Leitza con la visita del ministro. Agentes de la Guardia Civil estuvieron apostados en varios puntos de la localidad, así como en las entradas desde a autovía A-15 y desde el puerto de Uitzi. Un helicóptero estuvo sobrevolando el pueblo y también se colocaron agentes en caminos rurales desde los que dominaban la localidad.

«Aunque a la Guardia Civil no le arredran las dificultades, es mi deber como ministro agradecerles en nombre de la inmensa mayoría de los españoles y, por supuesto, de la inmensa mayoría de los navarros lo que hacen y su presencia aquí», proclamó Fernández Díaz, que, además, desmintió que los agentes destinados en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa vayan a perder el complemento que actualmente cobran.

«Con su presencia garantizan el orden y la ley y que aquí también impere el Estado de Derecho», añadió el ministro, que destacó que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, le encargó que mostrara su apoyo a los guardias, a quienes no pudo visitar cuando viajó a Leitza en julio de 2001 para asistir al funeral de José Javier Múgica en calidad de vicepresidente de José María Aznar.

La visita de Fernández Díaz a Leitza se produce en un momento en el que la presencia de la Guardia Civil está siendo muy cuestionada en Nafarroa. El anterior fin de semana, sin ir más lejos, en Altsasu se celebró Ospa Eguna para denunciar la atosigante presencia policial que padece esta localidad y el resto de Sakana. La Delegación del Gobierno español intentó criminalizar al Ayuntamiento y envió numerosas dotaciones de la Guardia Civil para intentar ahogar la reivindicación.

El pasado sábado, una rueda de prensa masiva denunció en Altsasu este situación. El Gobierno español reaccionó enviando ayer por la mañana al director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, a esta localidad de Sakana para mostrar su apoyo a los agentes destinados allí.

Fernández Díaz, por otra parte, también confirmó que la Guardia Civil construirá un nuevo cuartel en Fitero para sustituir al que el Estado español vendió por 120.000 euros tras cerrar el destacamento en 1991.

El Ayuntamiento de Fitero, cuyo alcalde es el senador de UPN Pachi Yanguas, ha aprobado ahora ceder un terreno de 1.350 metros cuadrados junto al frontón para que se construya un nuevo cuartel.

Fernández Díaz confirmó ayer frente a Maxurrenea que la Guardia Civil volverá a esta localidad de Erribera, «de donde nunca debió irse, porque su presencia se remonta a 1899».

«La Guardia Civil es parte de Fitero y el pueblo os necesita», declaró Yanguas en el pleno que se aprobó la cesión de terrenos al instituto armado.