Un ataque de los insurgentes talibanes contra el consulado de Estados Unidos en Herat, en el oeste de Afganistán, causó ayer al menos cinco muertos y 18 heridos. Además de los atacantes, el fallecido era un guarda afgano del consulado y entre los heridos se encuentran otro guarda, dos policías y 14 civiles, aunque otras fuentes elevaron a ocho el número de muertos Ninguna de las víctimas era estadounidense, según el Departamento de Estado de EEUU.

El responsable adjunto de la seguridad de Herat, Abdul Hameed Hameedi, explicó que el asalto comenzó a las 5.30 cuando un grupo de hombres armados hizo estallar un vehículo cerca del consulado. Un segundo vehículo explotó después ante la entrada principal del edificio dañando una de las barreras, mientras el personal del consulado se refugiaba en el interior. «Cinco kamikazes intercambiaron entonces disparos con las fuerzas de seguridad afganas. Todos los asaltantes murieron», añadió. Soldados de las fuerzas ocupantes de la ISAF (OTAN) y varios helicópteros se desplazaron al lugar.

El ataque fue reivindicado por uno de los portavoces talibanes, Qari Yousuf Ahmadi. «Nuestro objetivo era demostrar que los americanos no están seguros en ningún lugar de Afganistán», declaró.

Se trata de la segunda vez que los talibanes atacan el consulado de EEUU en Herat desde su apertura, en 2010. El embajador estadounidense en Afganistán, James Cunningham, acusó a la insurgencia de haber «vertido sangre afgana en suelo afgano». A comienzos de mes otro grupo atacó una base militar de EEUU situada junto a la frontera con Pakistán.

Por otra parte, un kamikaze hizo estallar ayer un camión-bomba en la provincia de Paktika, en el este, hiriendo a diez policías, dos soldados y dos miembros de los servicios secretos afganos.

La violencia en Afganistán se mantiene mientras se acercan las elecciones presidenciales del próximo mes de abril y la retirada de la mayoría de las tropas ocupantes para finales de 2014, sin que los intentos para negociar entre el Gobierno afgano, los talibanes y EEUU hayan llegado hasta la fecha a ningún resultado concreto. Pakistán ha anunciado que liberará al dirigente talibán Abdul Ghani Baradar, detenido en 2010 en Karachi, con la esperanza de que impulse la negociación.