Un incendio desatado en un hospital siquiátrico de madera dejó 37 muertos en Luka, en la región rusa de Novgorod, cinco meses después de otro drama idéntico en la zona de Moscú. Las llamas destruyeron el edificio que iba a ser ser cerrado en agosto de 2014 por falta de seguridad. Según indicó el Ministerio de Salud, en el momento del incendio en el hospital de Oksochi había 59 personas, entre pacientes y personal sanitario.

El fuego, que comenzó sobre las tres de la madrugada, destruyó totalmente el edificio, del que solo quedaron ruinas humeantes, vigas calcinadas y chapas ennegrecidas.

En el hospital, formado por nueve edificios, había ingresados hombres enfermos con patologías graves que obstaculizaron su evacuación, precisó el gobernador regional Serguei Mitin. Según la dirección del centro, las ventanas no tenían rejas pero entre los enfermos había personas incapaces de desplazarse sin ayuda ajena. Cinco unidades y una docena de efectivos del Cuerpo de Bomberos se trasladaron al lugar y tardaron ocho horas en sofocar las llamas. Según una investigación preliminar, el fuego se inició cuando uno de los pacientes prendió fuego a su cama.

«El personal médico vio a un paciente en su cama envuelto en llamas. Es posible que él fuera el responsable del incendio», dijo Mitin.

Un responsable del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, Yuri Deshevuij, dijo que el siquiátrico debía ser cerrado en agosto de 2014 por orden judicial, precisamente por su escasa protección contra incendios, ya que el edificio era de madera.

Los incendios en instalaciones médicas son habituales en Rusia. En la última década se ha registrado una veintena y la de ayer fue la tercera tragedia similar en pocos meses.

El 26 de abril, otro incendio en un siquiátrico a las afueras de Moscú se cobró la vida de 38 personas. El 1 de mayo, falleció una persona en una clínica mental de Burnak, en la región de Tambov.