Un tribunal de la provincia de Xinjiang -nombre con el que Pekín designa a Turquestán Oriental, patria del pueblo uigur y escenario de una masiva colonización para su asimilación total-, en el noroeste de China, condenó a muerte a tres hombres y a 25 años de prisión a un cuarto por participar en los ataques que dejaron 24 muertos en junio en Lukqun, escenario de una colonización masiva para su asimilación total. Fue el incidente más grave desde los distur- bios de julio de 2009, en los que murieron 200 personas.

«Los cuatro defendían y extendieron el extremismo religioso, vieron vídeos de organizaciones terroristas extran- jeras que incitaban a la violencia y leyeron libros sobre extremismo religioso para conspirar», sentenció el Tribunal Intermedio de Turpan.

Los uigurues, musulmanes de origen turcomano, son objeto de una fuerte discriminación por parte de los han, la etnia mayoritaria en China.