Floren Aoiz | www.elomendia.com
La vía española de PNV y PSE
En resumen, Catalunya se va y el PNV opta por quedarse. ¿Es alguien capaz de pensar cuál sería nuestra situación en un Estado español sin Catalunya? ¿Ese es el horizonte jeltzale?
Será que han contratado al equipo de marketing en un frenopático, pero llama la atención que PNV y PSE hayan presentado su acuerdo precisamente en la misma semana en la que el pueblo de Catalunya ha dado una lección de política al mundo triturando las bases sobre las que se sustenta este pacto.
Este acuerdo podía haberse titulado perfectamente «no es tiempo de soberanía». Tras su retórica de modernidad, sostenibilidad, coherencia, solidaridad y competitividad, con la excusa de dar prioridad a la crisis, la gran ausente del texto es precisamente la cuestión central del debate político, aquí y en Catalunya: quién decide qué.
La crisis aparece como algo de origen externo, atenuada aquí por una gestión que se considera maravillosa. No hay ni una sola referencia autocrítica, como si el PSOE no fuera uno de los dos pilares de la burbuja española que ha estallado y como si el PNV no tuviera nada que ver con la agenda neoliberal. Ante una sociedad atenazada por esta grave situación , se impone, nos dicen, prioritar la economía. Entendida, claro está, como «no-política».
Se acepta así la idea clave del plan neoliberal, esto es, marginar la política, y la tesis central del nacionalismo español, que contrapone economía con reivindicaciones de soberanía dando por bueno que la demanda de capacidad de decisión es una cuestión secundaria. Esta jerarquización apuntala de hecho el actual modelo de estado, precisamente en una de sus más graves crisis. No toca, vienen a decirnos, precisamente cuando cientos de miles de personas toman las calles catalanas para decir no sólo que sí toca, sino que están hartas de esperar que toque.
Volvemos así al viejo discurso de aparcar las «aventuras» independentistas o soberanistas. Y esto cuando cada vez más gente piensa que, más que una aventura, seguir en España es una auténtica desventura, un despróposito que lo sería mucho más si Catalunya lograra irse.
En resumen, Catalunya se va y el PNV opta por quedarse. ¿Es alguien capaz de pensar cuál sería nuestra situación en un Estado español sin Catalunya? ¿Ese es el horizonte jeltzale?
Ocurre, aunque PNV y PSE quieran ocultarlo, que soberanía y economía no pueden disociarse. La clave de una respuesta adecuada a la crisis pasa en primer lugar por un buen diagnóstico crítico, cosa que estos dos partidos ni hacen ni pueden hacer sin asumir una profunda autocrítica. Y en segundo lugar, precisa el diseño y la materialización de una estrategia propia, cosa imposible sin capacidad de decisión.
La vía catalana, por otra parte, no es sólo proyecto (independencia). Es también un modo de entender la política, en el que el protagonismo de la sociedad acota el papel de los partidos: democracia por encima de partidocracia. El acuerdo PNV-PSE va precisamente en la dirección contraria, conformando acuerdos institucionales para dejar de lado las demandas sociales.
Por eso mismo este acuerdo evidencia la voluntad del PNV de no acordar con EH Bildu, que es lo que habría prioritado cualquiera que optara por una vía vasca en vez de por la vía española.