La ONU da por seguro el uso de armas químicas y carga contra Al-Assad
Ban Ki-moon aseguró ayer que el informe de la ONU sobre el ataque del pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco será «abrumador» y confirmará la utilización de armas químicas, aunque no revelará quién fue el responsable, si el Gobierno sirio o los rebeldes armados por EEUU y sus aliados. No obstante, arremetió contra Bashar al-Assad, al que acusó de haber cometido «muchos» crímenes contra la humanidad.
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Pocos dudan a estas alturas de que en el ataque ocurrido en Siria el pasado 21 de agosto se utilizaron armas químicas, pero hasta la fecha el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se había mostrado prudente a la espera del informe de sus inspectores, hasta que ayer avanzó lo que todo el mundo da por supuesto.
«Creo que el informe será un informe abrumador (acerca) de que se usaron armas químicas, aunque no lo puedo decir públicamente en este momento hasta que lo reciba», señaló Ban en un acto público en la sede de la ONU, en el que adelantó que esperaba que los resultados de la investigación se hagan públicos en los próximos días.
El informe, sin embargo, no revelará quién estuvo detrás del ataque en Ghuta Oriental, ya que el mandato de la misión de la ONU no contempla señalar las posibles responsabilidades en aquella acción que, según estimó Ban, causó la muerte de unas 1.400 personas.
En cualquier caso, Ban cargó contra el régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, al afirmar que ha cometido «muchos» crímenes contra la humanidad, aunque sin acusarlo directamente del ataque químico ocurrido en la periferia de Damasco.
Confió en que una vez concluya el conflicto «habrá un proceso para que los responsables sean llevados ante la Justicia». «Pero en este punto -agregó-, lo primero y lo más importante es ayudar a que se ponga fin a las hostilidades y que comience el diálogo. Eso es lo que he estado diciendo, que le demos una oportunidad a la diplomacia, que le demos una oportunidad a la paz».
Mientras Ban Ki-moon comparecía en Nueva York, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, decidieron prolongar durante la pasada noche su segundo día de reuniones en Ginebra para analizar la propuesta de Moscú para que Siria ponga su arsenal bajo control internacional, con la intención de alcanzar un acuerdo considerado vital para evitar una acción militar de EEUU contra Siria.
Fuentes diplomáticas dijeron que Rusia entregó al final de la tarde una propuesta detallada a su contraparte estadounidense sobre cómo retirar y destruir las armas químicas en Siria y que una respuesta positiva permitiría continuar con las conversaciones.
Nueva reunión, el 28
Ambos reconocieron, aunque con distintos matices, que acabar con las armas químicas en Siria será un paso fundamental para reanudar el proceso diplomático que permita a las partes sentarse a negociar y detener las hostilidades. En favor de este esfuerzo diplomático, anunciaron su voluntad de reunirse en Nueva York alrededor del día 28 para intentar fijar una fecha para la conferencia de paz sobre Siria. Es en este foro donde se espera que Gobierno y oposición sirios puedan crear un órgano de Gobierno transitorio, mutuamente aceptable, que funcionaría mientras el país se estabiliza.
Sin embargo, Lavrov no vinculó de modo tan enfático como Kerry la cuestión de las armas químicas con la consecución de la vía diplomática.
Al margen de las conversaciones al más alto nivel, el régimen sirio hizo un primer gesto al enviar el jueves a la ONU una carta en la comunica que Al-Assad ha firmado ya el decreto legislativo para el ingreso de Siria en la Convención Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas. La opositora Coalición Nacional Siria se mostró hoy escéptica ante esta decisión de Damasco al juzgar que solo busca «distraer» a la comunidad internacional.
Mientras, según el diario «The Wall Street Journal», los servicios secretos militares del Gobierno sirio han dispersados su arsenal de armas químicas para dificultar su localización a otros países.
El cambio de estrategia de EEUU en Siria, que ha pasado de la amenaza de un ataque militar inminente a dar tiempo a la diplomacia, ha debilitado al presidente, Barack Obama, y, en paralelo, está dando fuerza a Rusia y a países «hostiles» a Washington como Irán, según coinciden los expertos.
Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Iowa, asegura a Efe que es un momento «muy difícil para Obama», quien está «atrapado» por una iniciativa diplomática, mientras que el papel jugado por Rusia ha fortalecido a Vladimir Putin y la credibilidad de Moscú entre los países «a los que no les gusta EEUU ni sus políticas». También David Rothkopf en la revista «Foreign Policy» coincide en que Obama sale «debilitado», con su credibilidad «profundamente dañada», frente a una posición rusa «fortalecida y consolidada» para países «históricamente hostiles» hacia EEUU. «En cierto modo Putin le ha salvado el pellejo a Obama al plantear una posible solución diplomática», dice Gordon Adams, experto en política exterior de la American University.
La pregunta es por qué Obama ha decidido dar una última oportunidad a la diplomacia unos días después de haber anunciado una inminente acción militar contra Siria. Y la respuesta la da Aaron D. Miller, del centro de estudios Wilson Center, al señalar que sabía el poco apoyo a su iniciativa entre la ciudadanía y en el propio Congreso.
Para Anthony Cordesman, del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, el verdadero problema es que tanto el Gobierno de Obama como el Congreso «han perdido de vista el objetivo estratégico» del país, ya que el «verdadero desafío humanitario» no son las armas químicas sino «ayudar a los rebeldes a forzar una salida negociada al conflicto». GARA
El comandante en jefe de la Armada rusa, almirante Victor Chirkov, anunció ayer que Rusia aumentará la agrupación naval que mantiene en el Mediterráneo, incluida su zona oriental, que baña las costas de Siria.