OLASO
Tampoco
Baltasar Garzón, quien fuera juez de la Audiencia Nacional, ante quien tantos detenidos han comparecido tras haber sido sometidos a tortura, quien tantas ilegalizaciones y tantos años de prisión ha promovido para militantes vascos por su trabajo político, periodístico o cultural, sabe que no es bienvenido a Euskal Herria. Ayer comprobó que en Buenos Aires tampoco lo es.