La Ertzaintza arropa en Bedia el desmantelamiento de Incoesa
Juan Jesús Sánchez, delegado sindical de LAB en Incoesa, recordó ayer, una vez que la Ertzaintza permitió el inicio del desmantelamiento de Incoesa, que «tenemos más fuerza. La planta de Bedia tiene futuro» y recordó que se debe cumplir la norma foral contra las deslocalizaciones y «obligar a quien fuera declarado mejor empresario que devuelva las ayudas». La solidaridad se extendió y muchos jóvenes acudieron a Bedia en apoyo de «nuestro futuro».
Juanjo BASTERRA | BILBO
La Ertzaintza se presentó antes de las 7.00 de la mañana en las instalaciones de Bedia. El retén de trabajadores dio la voz de alarma. Llegaron más compañeros. Un despliegue inusitado de la Policía autonómica abrió un pasillo para que un par de furgonetas entrasen en Incoesa y se llevasen una parte de la producción de transformadores, que estaba terminada. Fue entonces cuando los trabajadores decidieron sentarse en el suelo para impedir que su producción «volase» a otra fábrica.
La Ertzaintza entonces desalojó uno a uno «con malas maneras y algún golpe que otro» a quienes mostraron una actitud pacífica en defensa de su puesto de trabajo, dado que el propietario de Incoesa, Higinio Arteta, considerado hace unos años el mejor empresario de Euskadi, ha decidido deslocalizarla de Bedia a Cáceres, «con apoyo de la multinacional de origen vasco, Iberdrola», dijo Juan Jesús Sánchez, delegado sindical de LAB.
No se llevaron todo, por lo que los trabajadores saben que «volverán, pero aquí estaremos defendiéndonos». De allí, se trasladaron a la sede de las Juntas Generales en Bilbo. Hubo contacto con algunos grupos políticos, y hoy seguirán con el PNV. Allí demandaron garantías de futuro, como firmaron en una declaración institucional el 24 de junio, y que devuelva las cuantiosas ayudas recibidas.
Al de 113 días de iniciar la huelga indefinida se ha producido la entrada por la fuerza en la fábrica. Los trabajadores están preocupados por la desindustrialización que sufre Arratia. «Es un problema, también para nuestros hijos», lamentaba Joxemari Oiarzabal a las puertas de las Juntas y añadió que «hemos dado nuestra vida por esta empresa y ahora nos maltrata».
Juan Carlos Vizán, responsable de LAB, aseguró que la declaración institucional unánime en el pleno del 24 de junio en Gernika instaba a revisar los acuerdos y las ayudas que la empresa ha recibido. «Hemos pedido reuniones con el diputado de Promoción Económica, Imanol Pradales, y no tenemos noticia de nada». «Queremos que cumplan su compromiso, porque tienen una norma foral de 2007 que dice que ante una deslocalización, y ésta es de libro, la empresa debe devolver las ayudas durante los anteriores y posteriores ocho años a esa decisión de abandonar el centro».
Esa declaración institucional «nos sirve de empuje para garantizar el empleo en Bedia. No hemos venido a pedir nada, sino a que cumplan lo acordado». A la pregunta de si esta decisión es el fin de Incoesa, el responsable de LAB dijo que «todo lo contrario. Nos hemos cargado de razones para mantener esta lucha, porque hemos demostrado que nuestra producción es necesaria y se puede mantener en Bedia. Carga de trabajo hay, pero la han desviado».
En el encuentro contaron con el apoyo de junteros de EH Bildu, como Irune Soto y Asier Arana, y la parlamentaria Maribi Ugarteburu, que se solidarizaron con la protesta. Arana rechazó las declaraciones del diputado general, José Luis Bilbao, que dijo que había brotes verdes. «La lucha de estos trabajadores es el mejor ejemplo de que no es así» y pidió que se cumpla la declaración institucional para garantizar el empleo y la empresa en Bedia. «Nos ofrecen buenas palabras, pero están huecas», denunció.
Maribi Ugarteburu explicó que en el Parlamento de Gasteiz se adoptó una medida similar. «El Ejecutivo de Urkullu no ha hecho nada. Ha mandado a la Ertzaintza para aporrear a trabajadores» y dijo que esta es la aplicación práctica del pacto de país que PNV-PSE han sellado».
El responsable de LAB en la comarca, Juan Carlos Vizán, aseguró que «no es el fin de Incoesa. Nos hemos cargado de razones para mantener esta lucha, porque hemos demostrado que nuestra producción es necesaria y se puede mantener en Bedia. Carga de trabajo hay, pero la han desviado».
«Vemos el futuro muy difícil en Arratia, porque las empresas cierran o se deslocalizan con mucha facilidad», explica Gorka Rekagorri, quien asegura que «vamos a tener que marchar fuera, a trabajar a España o a otros países, y no me hace gracia». Recuerda que es estudiante de mecanizado y «las empresas que trabajan lo que estoy estudiando, ofrecen empleos a 900 euros, a tres turnos y la carta de flexibilidad y disponibilidad en todos los casos. Eso no es nada bueno, ni para nosotros ni para quienes vienen detrás», precisa Rekagorri.
Josu Payás explicó ante la sede de las Juntas Generales de Bizkaia que «en este modelo económico que nos están imponiendo, a los jóvenes no nos están dejando ninguna alternativa que no se la lucha en contra de este sistema que cada día nos sigue aplastando más y más. Por lo que reivindicó que «no es la lucha solo de los trabajadores, sino también de la juventud, porque es nuestro futuro el que está en juego y tenemos que dar la cara también». Añadió que «no es una lucha individual de los trabajadores, sino una lucha colectiva, porque todos estamos en el mismo barco».
Mientras que Irati Bernaola dijo que «al final, somos jóvenes y estamos luchando por nuestro futuro y los derechos. Nos queda eso. No me quiero marchar fuera. Soy de Euskal Herria y quiero vivir en Euskal Herria, tener hijos aquí y no quiero marcharme por ahí como nos están vendiendo de que hay trabajo en Alemania, Francia y otros países». Destacó que «estamos aquí por solidaridad con los trabajadores de Incoesa. Cuando lo han necesitado, ahí hemos estado, hoy también. Porque su lucha, sin duda, es nuestra lucha». J. B.