El fútbol mostró anoche a la Real su cara más amarga al condenarle a una derrota injusta. No aprovechó las opciones que tuvo en el primer tiempo, en el que fue superior, y en el segundo Alex Teixeira acertó en los dos primeros remates del Shakhtar a la portería de Bravo y el rumano Hategan se olvidó de impartir justicia en el área del equipo ucraniano.

La falta de acierto en el primer tiempo y el bajón físico experimentado por la Real en el segundo, la noche de gracia de Alex Teixeira y la actuación de Hategan fueron los elementos que provocaron que ayer la Real no comenzara con una victoria que era fundamental para tener opciones de clasificarse entre los dos primeros de su grupo.

Lo más triste es que la derrota llegó en un encuentro en el que la Real demostró ser superior mientras aguantó el ritmo del partido en el primer tiempo, en el que realizó diez disparos por ninguno del Shakhtar. Los ucranianos tuvieron más posesión, un 56% por un 44%, pero la Real. supo crear peligro a la contra. Aprovechaba los riesgos que asumían los ucranianos para llegar con pocos toques al área de Pyatov en buena situación.

Así la Real tuvo para el minuto 3 dos buenas opciones de Griezmann tras pérdida de balón del Shakhtar en zona de alto riesgo y en una falta bien botado por Pardo que Xabi Prieto cabeceó y paró Pyatov. La ocasión más clara llegó en un pase magistral de Griezmann a Vela, cuyo remate salió fuera por poco a corner tras tocar un defensa.

Además Xabi Prieto pudo marcar en un corner ensayado y Pardo y Griezmann tuvieron dos faltas en buena situación. La primera llegó en una jugada en la que el colegiado rumano Ovidiu Hategan pudo señalar penalti porque Xabi Prieto fue zancadilleado al borde del área, aunque la jugada admite discusión incluso tras ver su repetición por televisión. Es el único de los cuatro penaltis que pudo pitar en los que tiene disculpa porque ante la duda no se puede decidir la pena máxima.

En todo el primer tiempo el Shakhtar no creó el más mínimo peligro. Buscaba constantemente el espacio que creaba la tendencia de Douglas Costa de buscar el centro para jugar con las subidas al ataque del croata Srna, que fue el camino que llevó al gol que cambió el partido. Parecía un equipo muy inferior al realista, pero las apariencias engañan y más cuando perdonas tanto al rival.

Cambio de decoración

La Real permitió al Shakhtar salir vivo del primer tiempo y en el segundo impuso su mayor experiencia y frescura. Lucescu introdujo cinco cambios con respecto al equipo que había jugado el viernes, tuvo un día más de descanso, y además sus jugadores están más habituados a jugar dos partidos a la semana.

Desde el principio del segundo tiempo comenzó a dar sensación de peligro al aprovechar el cansancio de los realistas y el golpe recibido por Markel, que le hizo jugar mermado. Griezmann, cansado de correr para arriba y para abajo en persecución de Srna, empezó a tener menos presencia, Vela no la tuvo en todo el partido y la frescura que la pasada temporada tenía la Real para dar y regalar le faltaba para jugar el balón y para acertar en los últimos metros.

El Shakhtar, que había necesitado 57 minutos para realizar su primer disparo desviado, acertó con el segundo de Luiz Fabiano y eso no hizo más que agudizar las urgencias y la precipitación de la Real. Pero a pesar de la mejoría del equipo ucraniano y el descenso en el nivel de los blanquiazules, nada les acompañó. Al margen de una opción de Seferovic, que remató sin ángulo contra el portero, tuvo un claro remate de Vela al larguero en una acción en la que después Iñigo Martínez fue objeto de un claro penalti.

Luego hubo un empujón claro a Agirretxe y para acabar unas manos de Srna. Con que cualquiera de esas jugadas hubiera acabado en gol habría dado a la Real y a Anoeta el aliento que necesitaba para poder remontar el encuentro, pero ayer nada acompañaba. La grave lesión de Granero a los pocos minutos de salir fue el mejor ejemplo.

En desventaja la Real asumió unos riesgos y los aprovechó Alex Teixeira para marcar en el segundo disparo de su equipo entre los tres palos. No es normal que un equipo obtenga tanto premio con tan poco y otro reciba lo contrario.

Incluso pudo marcar un tercer gol en los últimos minutos el Shakhtar, en los que con diez por la ausencia de Granero. Iñigo Martínez jugó casi de delantero. Fue el peor final, con un resultado que obliga más todavía a marcarse la Liga como prioridad. Aunque no se puede arrojar la toalla en la Champions, perder contra el rival más asequible en casa no permite cualquier otro planteamiento.