Después de que una cuadrilla de energúmenos irrumpiera en un acto organizado por el Go- bierno catalán en Madrid, y tras el book franquista que algunos miembros del PP han protagonizado este verano, hay quien ha advertido de la proliferación de elementos fascistas en el infraebro. Que no es que hayan surgido de repente, de hecho nunca se han ido, pero a veces se hacen notar más. Y claro, medios de orden como «Abc» ya han salido a criticar a los denunciantes por exagerados. En su editorial de ayer, afirmaba que «con una perfecta sincronización, la izquierda política y los medios afines se han volcado en el mensaje de que España está bajo la amenaza de la extrema derecha». Ya, y los medios afines a esta, con perfecta sincronización, se han volcado en el mensaje de que tal amenaza no es cierta. Si ya nos conocemos.

Tras asegurar que «los grupos de ultraderecha están localizados por las Fuerzas de Seguridad, precisamente por su carácter marginal», el carcadiario sostenía que «la violencia política en nuestro país está protagonizada por la extrema izquierda y tiene al PP como objetivo de sus actos de intimidación y agresión». Pues menos mal que a los marginales no se les ocurrió ir con pistolas al acto de la Diada, porque para estar localizados por la Policía podían haber hecho lo que hubieran querido. Y lo de la violencia de la extrema izquierda, qué decir, es el «Abc»... Entre esa extrema izquierda, el plumilla incluía a «movimientos antisistema», «grupos `antidesahucios'» e incluso a estudiantes y profesores que, malvados ellos, obligaron a suspender un acto del ministro Wert en Zaragoza. A todos ellos les acusa, agárrense, de «connivencia con Bildu y Sortu». Horreur! ¿Cómo no van a ser violentos si son conniventes con Bildu y Sortu?... En fin, ese el el nivel argumental del hermano de «El Correo» y «Diario Vasco». El diario de vocento concluía diciendo que «la izquierda busca fantasmas para meter miedo a los ciudadanos. No les bastó el `que viene la derecha' y ahora se inventan el `que viene la extrema derecha', en un país en el que esta ideología tiene, como mucho, una docena de concejales». El editorialista va a ser de letras, porque ve una docena de concejales donde hay miles de ellos, un montón de alcaldes, presidentes autonómicos y el propio Gobierno. Ah, no, que esos son de centro reformista...